Motos todoterreno de 3 ruedas, con tres ruedas y a lo loco

Motos todoterreno de 3 ruedas, con tres ruedas y a lo loco

Antes de que naciesen los quads llegó la moda de las motos todoterreno de 3 ruedas, una auténtica locura que estalló en los Estados Unidos, una fiebre por aquellos cacharro locos que se extendió al resto del mundo.

Ese curioso invento de tres ruedas creado para divertirse en cualquier terreno nació en 1970 de la mano de Honda, acuñando el término ATC, All Terrain Cycle, una moda que fue seguida por el resto de las marcas, aunque mucho más tarde. Nada que ver con los scooters de 3 ruedas actuales...

Tras Honda llegaría Yamaha, aunque casi una década más tarde, a la que siguió también Kawasaki, siendo Suzuki la última que se apuntaría al carro de esta locura.

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Entre las marcas europeas la única que ofreció un cacharro todoterreno de tres ruedas fue la atrevida Italjet transalpina, siempre muy innovadora.

Nacieron con sencillos motores de 50 o 100 c.c. de dos y cuatro tiempos y poca potencia, para evolucionar a auténticas bestias con motores 2T de 40 CV, pero...

La cara B de estos triciclos fue que volcaban con mucha facilidad, con un aluvión de accidentes que pronto les colgó el sambenito de peligrosos. Así, en Estados Unidos fueron prohibidos en 1988.

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Debido a ello evolucionaron para convertirse a las cuatro ruedas, momento en el que nacieron los quads, tanto en versiones recreativas, deportivas o ya para labores agrícolas. Pero hoy el tema va de tres ruedas. Esta es nuestra selección de esos locos cacharros de tres ruedas.

Honda ATC90 (1970)

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Cuando James Bond apareció saltando sobre las dunas del desierto con este ATC en la película “Diamantes para la eternidad”, comenzó la fiebre de los ATC, ATV, quads y demás engendros de tres y cuatro ruedas. Creado por Osamu Takeuchi como vehículo puramente de diversión, no tenía ni horquilla ni amortiguadores, ya que se movía sobre neumáticos de gigantesco balón que hacían las veces de suspensión -derivados de los que usaba el vehículo anfibio Amphicat, que incluían la llanta en su interior-. Podía moverse sobre arena, nieve, barro e incluso aguas poco profundas. Movido por un sencillo motor monocilíndrico de ciclo 4T de 89,5 c.c. y 7 CV, con transmisión por variador, el piloto lo aceleraba gracias a un gatillo. Fue el precursor de los quads.

Yamaha YT125 Tri-Moto (1979)

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La moda de Honda tardaría casi una década en llegar al resto de fabricantes. Yamaha lanzó su primer tres ruedas en Estados Unidos en 1979, el Tri-Moto 125, con un pequeño motor de 125 c.c. -1 cil, 2T, aire, 8 CV-, también con gruesas ruedas de balón con tacos, sin suspensiones y preparado para vadear ríos. En Japón se lanzó en 1982 conjuntamente con la versión de 175 c.c.

Kawasaki KLT 200 (1981)

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La marca verde no desembarcaría en este mundo hasta 1981, y lo haría ya con un “gran” motor de 198 c.c., de ciclo 4T -aire, 2V, SOHC-, dotado de caja de cambios de 5 velocidades. La estética era similar a la del resto de 3 ruedas, con gruesos neumáticos de balón con tacos, montados sobre pequeñas llantas de 8”, sin suspensiones, y monoplaza.

Suzuki Alt 125 (1982)

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Realmente la moda de los tres ruedas no caló hondo en Suzuki, ya que solamente lanzó este pequeño 3 ruedas de 125 c.c., con motor de ciclo 4T. Como el resto de ATC no tenía suspensiones ya que los gruesos neumáticos de balón hacían las funciones de la suspensión. Lanzado conjuntamente con este modelo, Suzuki puso a la venta el LT125, un ATC de cuatro ruedas, por lo que se convirtió en la primera marca en lanzar un quad, ya dotado de cuatro ruedas de balón, siendo la pionera en este campo.

Italjet Ranger 90/110 (1982)

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La única marca europea que se lanzó al ruedo de las tres ruedas fue la italiana Italjet con sus modelos Ranger y Super Ranger -la foto que abre nuestro artículo-. El Ranger 90/110 fue un tres ruedas de aspecto bastante infantil, muy alejado del agresivo aspecto de los tres ruedas nipones, dotado de un motor Piaggio (del modelo Ape) de ciclo 2T y 121 c.c., refrigerado por aire y con 6 CV. También dotado de gruesos neumáticos de balón sobre llantas de 8”, curiosamente las últimas versiones tenían suspensión delantera gracias a una horquilla. Fue un invento que no tuvo demasiado éxito comercial.

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