Un padre lleva a su hijo a una rara y exótica exhibición de vehículos de dos ruedas con motor; las llaman motos clásicas. Estas son las motos en el año 2070.
Motos y propietarios comparten un espacio estanco; hay que evitar que los gases de estos arcaicos vehículos, que se mueven con motores que queman gasolina, contaminen y emitan sus gases a la atmósfera.
Dentro de una zona acristalada, los espectadores ven evolucionar las motos, con sus vetustos motores de gasolina. Nos recuerda a una pecera, hemos cambiado peces por motos clásicas.
Además, obligados por la normativa de seguridad humana, los pilotos portan un pesado y engorroso equipamiento repleto de airbags y protecciones para evitar lesiones graves en caso de accidente, a pesar de que en el recinto cerrado no sobrepasan los 30 km/h que marca la ley…
Uno de los niños, curioso, comienza a lanzar preguntas a su padre: ¿qué son estas cosas? ¿por qué hacen tanto ruido? ¿Y por qué sacan humo? ¿Por qué están encerradas y no se pueden tocar?
El padre, gran aficionado a las motos clásicas, le responde “son motos, vehículos de otros tiempos, cuando montar en moto era un estilo de vida, una parte de tu personalidad, la faceta más romántica de la movilidad personal, y que era muy útil en las ciudades porque solucionaba los atascos.
La llegada del coche autónomo desencadenará una nueva movilidad...
Ahora están proscritas, son consideradas vehículos de elevada peligrosidad, y no pueden ser conducidas por vías públicas, solo en recintos cerrados y con elevadas medidas de seguridad.
Además, al ser altamente contaminantes, sus motores no se pueden poner en marcha si no es en un espacio estanco y sus pilotos deben llevar con un casco con sistema de respiración.
Las prohibiciones comenzaron en el año 2020, cuando los gobiernos de todo el mundo, presionados por las asociaciones ecológicas y partidos verdes, comenzaron a programar la prohibición de vender motos y coches con motores de gasolina.
Con la implantación de los automóviles eléctricos autónomos se prohibió la conducción manual de coches y se logró el deseado objetivo del programa Vision Zero para los automóviles: desaparecieron los accidentes de tráfico de coches y las muertes derivadas de ello. Pero todavía se registraban graves accidentes de motos porque el sistema no buscó soluciones; fue más fácil prohibirlas...
Debido a ello decidieron que las motos no encajaban en el nuevo mundo autónomo y ahora ya no existen. Venga, vamos a casa que nuestro transporte autónomo nos vendrá a buscar”.