Fotos: RFME/Escola Elisava
El mes pasado, más de 70 motos participaron en la infructífera búsqueda de Esther López, la chica que desapareció en la localidad de Traspinedo y que fue encontrada muerta días después.
Aunque la iniciativa de los miembros del Motoclub Nivales no tuvo el desenlace que a todos nos habría gustado, lo cierto es que éste fue un ejemplo más de lo que la moto de campo puede aportar a la sociedad.
La capacidad que tienen las motos de campo para acceder a cualquier punto del medio natural es una característica que es de mucha ayuda en este tipo de situaciones, aunque lamentablemente no hubo suerte en la búsqueda.
Estos voluntarios en moto se unieron a los más de 500 a pie que se ofrecieron para colaborar desinteresadamente en las labores de búsqueda. Para la mejor organización se hicieron grupos de cuatro motos, que se repartieron por las diferentes zonas designadas por la Guardia Civil.
La creación de grupos de voluntarios que cooperen con las autoridades en rescates y emergencias es un beneficio a la sociedad que todos los moteros de campo pueden aportar con sus aptitudes y vehículos para ayudar en diferentes labores, ya sea para la búsqueda de desaparecidos, rescates, emergencias, o labores de refuerzo en caso de desastre natural, etc.
Desde la RFME recuerdan que “podemos y debemos colaborar con cualquier actuación que sea necesaria en el medio natural, demostrando así que nos apasiona la naturaleza y que queremos desarrollar nuestra afición de manera respetuosa, sostenible y, además, ayudando a los demás”.
Para ello la Federación -que también impulsa iniciativas de limpieza en el monte como la recogida de “Basuraleza”, la apertura de nuevas vías o el mantenimiento de cortafuegos- promueve la coordinación de estos grupos de voluntarios, a los que en agradecimiento por su solidaridad les ofrece de modo totalmente gratuito la suscripción al programa Moto de Campo Sostenible.
Esta plataforma apoya a los usuarios de las motos de campo en España, y trabaja en pro de una legislación que regule la práctica del deporte y el acceso motorizado al medio natural de manera sostenible y responsable, buscando la habilitación de zonas específicas y tratando de conseguir una legislación que regule la práctica del deporte en vías abiertas.
La Dayna Evo, una eléctrica para emergencias off-road
Los alumnos del Grado de Ingeniería de Diseño Industrial de la Escuela Elisava de Barcelona llevan un cierto tiempo trabajando en una motocicleta que podríamos considerar como idónea para este tipo de acciones.
Desde hace más de 60 años, más de 20.000 alumnos han pasado por las aulas de Elisava, desde donde se promueve el conocimiento y la investigación en los campos de diseño, comunicación e ingeniería.
La Dayna Evo es una todoterreno totalmente eléctrica, conectada al IOT (Internet de las Cosas) cuya finalidad es aportar un servicio médico y de rescate en eventos deportivos, o circunstancias similares a las anteriormente descritas.
La Dayna, escaparate tecnológico
Para su creación se han tenido en cuenta dos aspectos principales: los usuarios y las nuevas tecnologías.
Junto con el laboratorio de innovación de Elisava, el grupo de trabajo ha estado en contacto con diversas empresas punteras del sector que les permitieran exprimir al límite las nuevas tecnologías y encontrar así nuevas vías de desarrollo.
La Dayna no es sólo una motocicleta eléctrica más: pretende ser un “demostrador” tecnológico, según sus impulsores.
Para ello se plantearon dos objetivos claros: por una parte, maximizar la seguridad y la practicidad para profesionalizar un sector en auge de modo que las hipotéticas acciones de rescate en la montaña sean absolutamente compatibles con el respeto por el entorno natural. Y, por otra, mejorar el comportamiento del vehículo a partir de procesos nuevos de diseño y de fabricación.
La Dayna Evo incorpora maletas especialmente diseñadas para esta moto y para su función, de manera que pueda transportar el material médico necesario para actuar sobre algún herido que necesite asistencia sanitaria en plena montaña.
Este ejercicio está lleno de detalles, como la toma de corriente y una especie de torreta desplegable que permite iluminar áreas de baja luminosidad para atender a los heridos.
El carenado frontal se ha diseñado para que, sin renunciar a una estética claramente trail, pueda albergar tanto el sistema de iluminación de emergencia como la refrigeración para todos los componentes electrónicos que equipa, entre ellos un sistema de diagnóstico de averías de la moto.
El subchasis de la Dayna está realizado en sistemas de impresión 3D de aluminio aditivo, un componente que permite reducir enormemente el peso, aumentar las prestaciones y reducir el volumen de determinadas piezas.
Esta metodología permite crear piezas personalizadas, modificando archivos tridimensionales paramétricos, sin la necesidad de crear moldes específicos.
El basculante y el manillar ha sido realizado con el mismo sistema, a partir de diseños realizados con software de optimización de propio desarrollo. El basculante está construido a partir de un solo bloque de aluminio, en una sola pieza, mientras que el material empleado para el manillar es la fibra de carbono.
Entre las diferentes empresas del sector de la moto que han participado en el desarrollo de la Dayna Evo hay que destacar Gas Gas, Rieju, Torrot, Ollé, Galfer o J.Juan, entre otras varias compañías tecnológicas
Con anterioridad, desde Elisava -y más concretamente su Elisava Racing Team- sus alumnos ya habían desarrollado la Eray, el prototipo de una moto de off road también eléctrica que compitió en el Barcelona Smart Moto Challenge que se realizó en el Parc motor de Castellolí, y en el que participaron universidades procedentes de todo el mundo.