¡Moto a escena! ¿Seguimos? Esta semana, la Ducati Monster

¡Moto a escena! ¿Seguimos? Esta semana, la Ducati Monster

Las malas lenguas decían que la Monster, que así se llamó la naked, era un refrito de piezas que había en el almacén de Ducati, pero aunque sí se emplearon el conocido chasis Trellis y el motor Desmo V2 de la 900SS, el resto era de nueva factura, destacando su manillar recto como una barra, habituados a los bajos semimanillares del resto de modelos.

Lo cierto es que Galluzzi se inspiró en su propia moto, una 851 accidentada a la que le había quitado el carenado dañado y le había colocado un faro redondo.

Con el tiempo apareció una 600, todo un éxito de ventas, que luego fue 620; también una 750, que más tarde llegó a los 800 c.c. y la 900 creció hasta los 1.000 c.c.

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Desde luego, con el tiempo también llegó la inyección. El nuevo diseñador de la marca, el sudafricano Pierre Terblanche, realizó algunas modificaciones estéticas.

En el 2000 apareció una versión mucho más potente y radical, que usaba el motor LC de la deportiva 916 –con 109 CV- y mejores suspensiones: la S4, que algunos años después se convirtió en la S4R y más tarde en la S4Rs (2006).

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La última gran revolución llegó con la 696, en la que sería una Monster absolutamente nueva y que de nuevo fue un gran éxito comercial para Ducati.

Si has tenido cualquiera de los muchos modelos de Monster que han existido desde 1993, cuéntanos tus experiencias con ella.

 

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