Montesa 4Ride: Pura diversión

El objetivo de acercar sus excelentes mo­tos de trial a un abanico más amplio de posibles usuarios ha llevado a Montesa a desarrollar la nueva 4Ride. Hemos tenido oca­sión de probarla en la presentación realizada en el incomparable marco de Sant Feliu de Guíxols, una población ubicada en una de las zonas más espectaculares de la Costa Brava. El concepto que Montesa ha utilizado para crear este mode­lo no es nuevo; de hecho, la marca española ya había tenido modelos como la Cota Evasión o las versiones Trail de sus Cota 247, 348 o 74.

En aquellos modelos se aprovechaba toda la parte ciclo y el propulsor de la moto de trial, y tan solo se incorporaba un asiento biplaza que hacía que la moto se convirtiera en más polivalente y cómoda. Ahora el trabajo realizado por Montesa es mucho más profundo, con lo que se consigue una mayor polivalencia que sin duda resulta un atractivo para todo tipo de usuarios.

Las actuales Cota de trial se caracterizan por disponer de un motor robusto y muy fiable, ideal para ser utilizado como base en una moto de trial excursión. El propulsor monocilíndrico 4T equipa una culata con un único árbol de levas y cuatro válvulas, con unas cotas internas de 78 x 54,2 mm que le otorgan una cilindrada exacta de 258,9 cc. Se alimenta por medio de un sistema de inyec­ción electrónica PGM-FI con un diámetro de ma­riposa de 28 mm.

Como es sabido, todo sistema de inyección necesita un aporte de energía para su funcionamiento; pues bien, en las Cota 4RT, como en la 4Ride, la energía necesaria para que el motor se ponga en marcha se genera con el movimiento del pedal de arranque, por lo que no resulta necesaria la incorporación de una batería y se consigue un significativo ahorro de peso.

Uno de los aspectos a mejorar pensando en el nuevo cometido del propulsor es la caja de cam­bios de 5 velocidades; se han alargado las rela­ciones en todas las velocidades, para conseguir una respuesta más suave, algo a lo que también contribuye el sistema de escape, más largo y con un mayor volumen que en las Cota 4RT de trial. En el sistema de alimentación se incorpora una bomba de gasolina de mayor caudal, que jun­to con el mapeado específico de la ECU, logra unos mejores niveles de potencia y par a bajo y medio régimen.

El bastidor doble viga en aluminio es el mismo que en las 4RT, solo que incorpora un subchasis de material plástico sobre el que va colocado el asiento. En el interior del subchasis se ha habilitado un hueco bajo el asiento que puede resultar muy útil para llevar todo tipo de objetos personales. La altura de este último es de 885 mm, que aumenta de manera notoria la distan­cia respecto a los estribos, para conseguir una posición de conducción más confortable. Con la misma intención se ha modificado la forma del manillar, más alto y con las puntas más abiertas, y se han incorporado unos estribos más anchos.

Uno de los aspectos a tener en cuenta en una moto de excursión es la autonomía; en las Cota la capacidad del depósito es de tan solo 1,9 litros, y por ello ha resultado imprescindible aumentar la capacidad hasta los 4,4 litros, que según los técnicos de Montesa permiten realizar 120 km sin problemas. Con todas las modifi­caciones, el peso del conjunto alcanza los 85 kg, cifra que nos puede dar una clara idea de la ligereza del conjunto.

Para conseguir la comodidad necesaria en lar­gos recorridos se han modificado los recorridos de las suspensiones. La horquilla Tech delantera es 38 mm más larga, que aumenta su recorrido útil en unos nada despreciables 24 mm. Por su parte, el amortiguador trasero R16V mantiene la carrera de las Cota, pero incrementa en 12 mm la altura. El equipo de frenado está firmado por Braktec, con un disco delantero de 185 mm y otro trasero de 180 mm.

A lo largo de muchos años de carreras he tenidola suerte de poder competir en la práctica totalidad de las especialidades del off-road y, aunque el gu­sanillo de la velocidad (presente en el enduro, mo­tocross o rally) o de la dificultad (en el trial) siempre perdura, llega un momento en el que el reto pasa a ser secundario, y es entonces cuando valoras las cualidades de una moto como la 4Ride. Los place­res buscados son otros, y el hecho de poder disfru­tar de los paisajes en armonía con el entorno pasa a ser primordial en la escala personal de valores. Pues bien, la nueva Montesa aúna todas las cualidades necesarias una vez llegado el momento.

Ya puestos en materia, tenemos que decir que la maniobra de arranque se efectúa con facilidad, siempre y cuando tengamos presente que nos encontramos ante un propulsor de 4T, que gusta de una patada larga y continua en el pedal de arranque. Cuando el motor cobra vida sorprende el bajo nivel de ruido que emite, cualidad que nos permitirá pasar totalmente desapercibidos en el monte. La característica primordial de la 4Ride es la suavidad de respuesta del propulsor, muy fácil de pilotar, con un excelente nivel de par a bajo y medio régimen, que nos permite emplear marchas largas y utilizar muy poco el cambio en los recorridos por pistas.

La potencia en altos y la capacidad de estirada son más contenidas, pero os podemos asegurar que para nada se echan de menos. En el recorrido de la presentación he­mos encontrado condiciones muy variadas, des­de tramos de carretera, pistas e incluso alguna zona trialera, y en todas circunstancias el motor ha respondido de manera impecable. En las zo­nas rápidas permite mantener una velocidad de crucero de unos 80 km/h, mientras que en las trialeras las marchas cortas posibilitan ascender con una facilidad increíble, merced a la enorme capacidad de tracción del conjunto.

El tacto del embrague es muy suave, algo que conjunta con el preciso funcionamiento del cam­bio. En la unidad probada, el pedal de cambio se encuentra un tanto lejos del estribo, como resulta habitual en las motos de trial. Por ello, para cam­biar, tienes que separar el pie del estribo. Para evitarlo, Montesa ha desarrollado un pedal opcio­nal más corto con el que accionar el cambio sin necesidad de mover el pedal del estribo.

La parte ciclo destaca por el excelente com­promiso alcanzado en todo tipo de circunstan­cias. No es fácil que una moto combine ligereza con estabilidad, o confort con seguridad, y en la 4Ride los técnicos de la marca española lo han conseguido.

La primera sensación la obtenemos de la posi­ción de conducción, la altura del asiento es más corta de lo que a priori la cifra de 885 mm puede indicar, merced a unas suspensiones blandas que se hunden en el momento de posicionarnos sobre el conjunto. La distancia entre los estribos y el asiento nos permite pilotar sentados de manera cómoda sin tener que flexionar las rodillas en ex­ceso, y con todos los mandos a nuestro alcance (salvo el pedal de cambio en la configuración ori­ginal). El manillar es excelente para pilotar sen­tado, pero también cuando lo hacemos de pie.

En el buen comportamiento de la parte ciclo es fundamental la aportación del bastidor de aluminio desarrollado por Montesa. Goza de la rigidez necesaria cuando pilotamos a una velo­cidad elevada, pero también resulta flexible en las zonas lentas y viradas. Combina de manera perfecta con el funcionamiento de las suspen­siones, muy cómodas para ir a un ritmo tranquilo, pero que para nada se descomponen cuando forzamos el ritmo.

El tacto de la horquilla es excelente en el primer recorrido, y por ello al pilotar por terreno roto, los pequeños obstáculos son perfectamente ab­sorbidos. Lógicamente, cuando efectuamos un salto a alta velocidad resulta frecuente alcanzar el tope del recorrido, pero sin que ello nos produz­ca una sensación de perder el control en ningún momento. Por lo que respecta a la suspensión trasera, nos ha encantado por su capacidad de tracción en todas las circunstancias, tanto en las trialeras como en pistas sobre firme duro, en las que puedes abrir gas sin contemplaciones. Es un amortiguador progresivo, que además trabaja de manera conjuntada con la horquilla y absorbe bien en todas las circunstancias.

El equipo de frenos está totalmente acorde con las prestaciones del conjunto. En el freno de­lantero nos gustaría un poco más de mordiente cuando pilotamos a alta velocidad, y es que con la 4Ride resulta relativamente fácil mantener los 80 km/h en una pista, y esta es una velocidad considerable al pilotar en off-road. El freno trase­ro nos parece mejor, potente y con un buen tacto que lo hace dosificable.

En conjunto, la 4Ride nos ha parecido una moto muy completa, que ofrece múltiples posibilidades de utilización y se comporta de manera impecable en todas ellas. Además, en todas y cada una de sus piezas se puede observar la excelente calidad de fabricación característica de la marca, y unos acabados impecables que invitan a pensar que la fiabilidad será uno de los puntos fuertes de la nueva Montesa.

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