Miqui Puig: Ética, estética y mucho más

Hace más de quince años, cuando empezaba a ir a las carreras para hacer reportajes para un periódico comarcal en expansión, me encontré con un joven supersimpático y agradable que hacía las veces de speaker en las pruebas de un moto club vecino y con quien mantuve una buena relación hasta que nuestras respectivas actividades profesionales nos alejaron durante un tiempo. Se llamaba Miqui Puig y se dedicó a la canción con bastante éxito (¿quién no recuerda “Bonito es”, “Mala mujer”, “Doctor amor”, “No, por eso, no”?).

Hace poco, después de que este verano acabara su primera participación en un programa-concurso musical en televisión, le mandé un SMS y nos hemos reencontrado en un café, esta vez en mi pueblo, para volver a charlar... de motos, ¡cómo no! Le pincho un poco para que me recuerde Miqui, en una habitual pose, con una Sherpa T 250, la moto con la que corrió cuando era adolescente, perfectamente restaurada

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