En esta ocasión tiramos de hemeroteca para recuperar para todos nuestros lectores una preparación que fue premiada en uno de los certámenes más exigentes a escala europea y de la que ya hablamos en anteriormente, la Minarelli Scooter Prototype de los hermanos José y Víctor Royo, Royo Tuning, cuya emprese tiene sede en Villena, Alicante.
Tras su espectacular estética, que nos recuerda las motocicletas de las pruebas de aceleración tipo dragster, hay muchas horas de arduo trabajo, pues la mayoría de sus piezas han sido creadas de modo artesanal. Como el espectacular chasis monocasco con viga de refuerzo diagonal, realizado en ligera y resistente fibra de vidrio, reforzada con carbono. La búsqueda de la ligereza es la filosofía de esta creación.
La parte frontal tiene su origen en el carenado de una Metrakit MiniGP, que se ha unido a la parte inferior de un Peugeot Speedfight, mientras que para la parte trasera se buscó nada más y nada menos que el colín de una Ducati 999 a modo de punto de partida.
La horquilla delantera parte de la suspensión monobrazo del Peugeot Speedfight modificada; ahora el amortiguador es de una mountain bike de descenso y la llanta delantera proviene de una Yamaha Aerox con pinza de freno de originaria de una Yamaha TZR 50.
Artesanal y potente
Incluso piezas de serie como las manetas de freno han sido torneadas y pulidas, como las llantas o las tapas de la bomba de freno o del motor. Otros detalles que vale la pena admirar son el tapón de aceite bañado en oro con incrustaciones de cristales Swarovski, el cableado cromado, el manillar tipo dragster o el circuito transparente del líquido refrigerante, con tubos que permiten ver el movimiento realizado por la bomba de agua.
Sin olvidarnos del trabajo realizado en el propulsor Minarelli de 49 c.c., al que se le ha instalado un cilindro TopRosa, un cigüeñal Hebo Racing, caja de láminas Hebo, carburador de 28 mm Oko con filtro de aire cromado y un tubo de escape Jazen. Por si todo esto fuera poco, dispone de encendido de rotor Sellectra y calibración del kit de embrague y del variador Hebo Racing, que unido a la ligereza de la carrocería hacen que vuele a una velocidad cercana a los 130 km/h, lo que no está nada mal para… ¡un ciclomotor!
