Este verano estarán en activo más de 1.000 radares, que se repartirán de la siguiente manera: 374 radares fijos, 62 radares de tramo, 557 móviles y 12 pegasus.
En concreto habrá 1.270 puntos de control repartidos en autopistas, autovías y carreteras españolas.
Un dato importante a destacar es que más de la mitad de las denuncias de la DGT tienen relación con la velocidad. El año pasado se gestionaron hasta 2.314.000 denuncias por exceso de velocidad que causaron la pérdida de 572.000 puntos (por infracciones graves y muy graves).
Volviendo a los radares, el último mencionado (Pegasus), se trata de un dispositivo que actúa desde un helicóptero. Este verano serán 12 los que desde el aire controlarán las carreteras españolas.
El año pasado estos helicópteros controlaron 67.400 vehículos y detectaron cerca de 20.000 infracciones, las más frecuentes por exceso de velocidad, por pisar marcas longitudinales continuas y por no mantener la distancia de seguridad.
Lo cierto es que la velocidad inadecuada o excesiva es la causa de 1 de cada 3 accidentes mortales en las carreteras españolas. De hecho, la reducción de la siniestralidad en nuestras vías los últimos 15 años (3.841 muertos en 2004 por 1.180 en 2018) coincide con la progresiva instalación de cinemómetros (radares).
Más de 1.000 radares para reducir la siniestralidad
El subdirector general de Gestión de la Movilidad y Tecnología de la DGT, Jorge Ordás, ha manifestado que "la vigilancia y el control son necesarios, son la forma de hacer que la ley se cumpla".
"El mejor radar es el que no denuncia, significa que hemos conseguido el objetivo: pacificar la zona".
Por lo que hace referencia a la ubicación de los radares, Ordás ha incidido en que se seleccionan los puntos vinculados con los excesos de velocidad, especialmente esos tramos que aglutinan más accidentes.