Llega al GP de casa seguramente con las expectativas más bajas desde que empezó en el Mundial de Motociclismo: Marc Márquez sabe que tiene la peor Honda desde que llegó a MotoGP en 2013. La actual RC213V es posiblemente la moto menos competitiva de la actual parrilla y Marc se ha caído con ella hasta 15 veces en lo que llevamos de temporada.
Sin embargo, Montmeló es Montmeló…
“El fin de semana en Barcelona siempre es especial, con todas las gradas llenas de gente y, al ser la carrera de casa, me encanta ver a todos los aficionados allí”, confesó ayer.
Tras un rosario de caídas, especialmente con las cinco de Sachsenring, el de Cervera mantiene un perfil más bajo y realista. Aquí seguirá igual:
“Por nuestra parte, hay trabajo por hacer y debemos mantener el objetivo que hemos tenido en los últimos fines de semana. En Austria vimos que esta forma de trabajar nos permitía superar el Gran Premio y recopilar buenos datos para el proyecto. Aquí estamos de nuevo y empezamos un final de año ajetreado”.
Pero Márquez promete intentar dar un extra en este GP de Catalunya:
“Sea como sea, el objetivo es ofrecer un gran espectáculo a todos los presentes y hacerles pasar un fin de semana agradable y memorable”.
A partir del viernes veremos si esto es factible.
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