La última vez que se subió a la Honda se marchó lesionado y muy enfadado. Han pasado dos meses desde entonces, y Marc Márquez regresa a los circuitos tras haber recargado pilas en unas largas vacaciones veraniegas.
“Hemos disfrutado de unas importantes vacaciones de verano, una oportunidad para resetear y recuperarnos tras un exigente inicio de año”, contó ayer el octocampeón mundial.
Marc afirma que “desde el punto de vista físico y mental, vuelvo a la pista renovado y listo para trabajar”.
Seguro que el de Cervera aún tiene en mente el difícil GP de Alemania, uno de sus circuitos talismán, que se saldó con 5 caídas y una lesión. Márquez salió de Sachsenring muy enfadado con Honda.
Estas cinco semanas sin carreras han sido aprovechadas por el equipo japonés para intentar mejorar su hasta ahora poco competitiva e impredecible RC213V, con un Bradl que ha estado haciendo pruebas con piezas nuevas.
Y Márquez espera que Honda haya hecho los deberes: “Estoy deseando ver a todo el equipo Repsol Honda… y entender el trabajo que se ha hecho durante el parón”.
Sin embargo, o por lo menos a priori, deja claro que se lo tomará con calma:
“Silverstone es un circuito en el que he tenido buenas carreras en el pasado. Lo más importante es volver a subirme a la moto, trabajar de nuevo e intentar mejorar lo que ha sido la primera mitad del año”. Lo cual, no será muy difícil.
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