Libros de motos que son mucho más

Libros de motos que son mucho más

‘La Mala Suerte Ediciones’ está creando un catálogo de literatura motociclista que se aleja de la mediocridad imperante.

RAÚL ROMOJARO

Vivimos un tiempo en el que casi todo vale. Consumimos cualquier tipo de producto, experiencia e información a una velocidad desmesurada. La prisa nos secuestra y el gusto por lo pausado, la calidad y el esmero cae poco a poco en el cajón del olvido. No sabría explicar con precisión las causas de este fenómeno, quizá se deba a un exceso de estímulos que nos aboca a digestiones rápidas de ese bombardeo constante.

En este contexto de premura y mediocridad cobra especial relevancia el trabajo de quienes siguen valorando las cosas bien hechas. Me sirve para la atención en un restaurante, el servicio en un taller mecánico o la amabilidad de un dependiente. La diferencia entre hacerlo bien y hacerlo mal es casi siempre una cuestión de voluntad, compromiso y esfuerzo. Por eso valoro muy mucho cuando me encuentro con esas cualidades en cualquier ámbito de la cotidianidad.

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Viene todo esto al caso por la eclosión de literatura sobre motociclismo que se ha producido en los últimos meses e incluso años. La obra publicada sobre esta temática es amplísima en otros idiomas, no tanto así en castellano. Así que deberíamos dar por bueno que se editen nuevas creaciones en esta lengua -una de las más habladas del mundo- y en muchos países con enorme afición a las dos ruedas.

Sin embargo, la decepción suele ser más frecuente que la satisfacción cuando se trata de libros de reciente lanzamiento. Muchos ellos editados por el propio autor, lo que en principio no debería condicionar la calidad más allá de carecer de la experiencia y conocimiento de las empresas del sector. Nada que no se pueda solventar con mimo, dedicación y respeto hacia los futuros lectores.

Ahí va eso

Generalizar suele ser un mal hábito, pero en este caso creo que resulta oportuno. Salvo honrosas excepciones, pocas, las obras autoeditadas son un auténtico desastre, además de una estafa, porque cobran al comprador como si tuvieran un valor del que carecen. Lo primero para escribir algo, empezando por un mensaje de WhatsApp, es tener algo que decir. Si no, mejor estar calladito.

Así que cuando el viaje, la aventura o el proyecto (calificativo pretencioso con el que algunos califican ahora sus vacaciones de verano en moto) no tiene el menor interés, lo aconsejable es dar la paliza a los colegas o escribir un blog con chorradas y fotitos por si algún despistado tiene a bien fustigarse con ello. Pero desde luego nada de defraudar al comprador con un gasto en absoluto justificado.

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Además de empezar por tener una historia, sería conveniente estar capacitado para contarla. No pretendo que la literatura motera compita las obras de los académicos de la lengua, pero un mínimo de coherencia es de agradecer. Ya sabéis, algo tan simple como lo de sujeto, verbo y predicado, los signos de puntuación donde corresponden y no arrojados con un salero, las tildes en su lugar, una mínima atención a la ortografía, tener alguna noción de sintaxis… y poco más.

En las antípodas de la moda

Llegados a este punto, abordamos lo auténticamente importante de esta reflexión personal. Y no es otra cosa que celebrar la existencia de una pequeña pero valiosa editorial que se desmarca por completo de la tendencia pujante, de hecho se sitúa en las antípodas de esa moda que mencionamos del todo vale…

Su nombre, curioso nombre, es ‘La Mala Suerte Ediciones’ y su argumento, casi diría que existencial, me parece contundente: “Las motos salvan”. Las motos salvan vidas, ilusiones, esperanzas y sueños. Como se refleja con precisión y acierto en cada uno de los libros de motos que esta empresa familiar ha puesto ya en el mercado.

Es así porque Marina y Juan, los artífices de la idea, son apasionados de las motos, además de grandes conocedores de este mundo, motoristas experimentados y respetuosos con la historia, tradición, personajes y marcas de la carretera y los circuitos. En definitiva, saben lo que hacen y, no menos importante, las razones para hacerlo: contribuir a la cultura motociclista del mercado en castellano (aunque ya afrontan otros proyectos internacionales), crear un legado consistente y acercar a los verdaderos aficionados (abstenerse los obsesionados con el postureo) obras que de otro modo quedarían fuera de su alcance.

El catálogo de ‘La Mala Suerte Ediciones’ es todavía corto, pero ya valioso. Cada uno de sus libros, os lo puedo garantizar con conocimiento de causa, es una pequeña joya por uno u otro motivo: desde viajes increíbles a personas excepcionales, pasando por historias de carreras que muy pocos conocen o gestas de mujeres que se adelantaron a su tiempo. Pero además del contenido, el continente tampoco defrauda. Son ediciones que emanan el cariño que se ha puesto en su producción, la atención a los detalles, el respeto hacia los lectores. En definitiva, casi todo de lo que carece la mayor parte de la producción editorial que circular por otros derroteros.

Desde una pequeña aldea en Asturias, este matrimonio de amantes de las motos se esfuerza por honrar un vehículo que es mucho más que eso, al igual que sus libros de motos también sobrepasan esa simple definición. El mero objeto ya es una delicia, regala el placer de tenerlo entre las manos, oler su tinta y tocar sus páginas. Portadas originales e irrepetibles, de esas que invitan a coleccionar y conservar cada volumen como algo que trasciende su propia posesión.

Os lo aseguro, si os sentís identificado de algún modo con todo lo que representa este proyecto, si repudiáis la mediocridad que rodea a esta excepción a la regla, intentad descubrir alguna de sus obras y estoy convencido de que será la primera pero en modo alguna la última.

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