Laverda V6, un rugido naranja

Laverda V6, un rugido naranja

La desaparecida marca italiana Laverda entró en el olimpo de las leyendas mecánicas con un motor de seis cilindros en V único, la Laverda V6.

A finales de los setenta la marca de Breganze pasaba por serios apuros económicos. Los tiempos de las exitosas tricilíndricas Jota, y las bicilíndricas SF y SFC ya habían pasado y necesitaban savia nueva para crear una renovada familia de modelos.

En 1977 lanzaron la Laverda 500 bicilíndrica, su primera moto de media cilindrada de esta era, para ganar algo de mercado y de tiempo, mientras diseñaban el relevo de sus modelos de alta cilindrada con un nuevo motor modular.

Para ello se hicieron con los servicios de Giulio Alfieri, un ingeniero procedente del mundo del automóvil -Maserati-, el cual diseñó un motor V6 para Laverda, que no era más que un motor de automóvil de reducido tamaño.

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El motor V6 fue concebido inicialmente como un prototipo solamente para competición, y debería haber sido un laboratorio rodante para crear la base de una nueva serie de modelos de calle con motores V2, V4 y V6.

La Laverda V6 debería de haber sido la base de una nueva familia de modelos V2, V4 y V6

El motor V6 -V4 90º, 4T, LC, 24V, DOHC- estaba dispuesto en la moto longitudinalmente, con el cigüeñal alineado con la dirección de marcha, como en una moto Guzzi o una Honda Pan European, salvando las distancias.

Pero tenía una peculiaridad distintiva: el embrague era contrarrotante, por lo que no tenía la típica reacción de par de un motor Guzzi o BMW bóxer, ya que anulaba la tendencia a cabecear hacia la derecha al acelerar en vacío.

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Además, curiosamente en una moto de competición, tenía transmisión final por cardán, un detalle técnico totalmente inusual. Las suspensiones eran Marzocchi y los frenos Brembo -unas pinzas de primera generación-, evidentemente.

Con una cilindrada de 996 c.c. y con 140 CV, se presentó en el salón de Milán en 1977 y fue todo un éxito de público y prensa. No en vano no era muy habitual mostrar un motor de seis cilindros en V, aunque sí ya existían modelos con motores de seis cilindros en línea transversal, como la Benelli Sei.

Tras la puesta de largo le llegó el momento del debut en competición en 1978, y lo hizo en las míticas 24 horas de Le Mans, aunque sin éxito.

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Por desgracia el proyecto no siguió adelante debido a los acuciantes problemas financieros de Laverda, que dieron al traste con el proyecto y la marca, que echaría el cierre en 1985.

La suerte es que el prototipo aún se conserva hoy en día y aún se le puede ver en alguna reunión de clásicas de competición.

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