El 92% de los conductores españoles lo tienen claro: creen que las sanciones de tráfico tienen un claro carácter recaudatorio. Además, el 11% cree que los radares se colocan únicamente por razones de seguridad y el 85% considera que los parquímetros tienen un único objetivo: ganar dinero. Pero, ¿es ésta una opinión con argumentos sólidos o simplemente una acusación gratuita?
Pues bien, la fundación Línea Directa, con el objetivo de dar respuesta a esta pregunta, ha presentado en Madrid el estudio “Multas de tráfico, ¿recaudación o reeducación?”, para el que ha analizado más de 770.000 multas registradas y aportadas por la aseguradora Línea Directa durante los últimos cinco años, desde el 2009 al 2014.
Lo más destacable del esudio seguramente sea el hecho que las multas de tráfico impuestas por la DGT crecieron un 80% durante los años de la crisis más fuerte, pasando de ser 16 millones entre los años 2000 y 2006 a superar los 29 millones entre 2007 y 2013.
Aunque el endurecimiento del sistema sancionador que supuso la entrada en vigor del carné por puntos es una de las claves para explicar este fenómeno, la realidad es que la altísima diferencia existente entre un periodo y otro nos lleva a pensar que las causas también hay que achacarlas a una intención recaudatoria. Eso si, en los últimos dos años el estudio también ha confirmado una tendencia a la baja en el número de multas y sanciones debido en gran parte a la menor movilidad, la mayor concienciación, medidas como el pronto pago y las contundentes campañas de vigilancia contra el alcohol y las drogas.
Otra de los puntos destacables del estudio elaborado por Línea Directa es que a pesar de la creencia que tienen el 60% de los españoles, quienes piensan que la DGT es el administración pública que más recauda, el informe deja claro que los Ayuntamientos de las poblaciones españolas multan seis veces más que la Administración central. De hecho, hasta un 75% del total de las sanciones de tráfico provienen de los Ayuntamientos.
El exceso de velocidad es la conducta más sancionada por los distintos organismos alcanzado casi el 50% del total, seguida de las multas por aparcamiento, con un 38%, y a algo más de distancia, el incumplimiento del deber de identificar al conductor en caso de pérdida de puntos.
También parece sorprendente el número de vehículos multados en las dos grandes ciudades españolas: Barcelona y Madrid. En la primera, ocho de cada 10 vehículos que circularon por sus calles en 2914 fueron multados, un porcentaje muy parecido al de la capital de España. Además, Madrid tiene el 'honor' de contar con ocho de las 10 matrículas con más infracciones de todo el país, entre las que destaca un Volkswagen Golf con 266 multas que alcanzan los 30.000 euros.