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La XIV Ruta Asturguardianes, entre Oviedo y Santillana del Mar

El día 24 de mayo amaneció un típico día primaveral asturiano, entre sol, nubes y el ruido de las monturas. De esta forma, Asturguardianes inició la ruta programada hacia Santillana del Mar, purblo situado en la amiga y vecina comunidad cántabra. Como es costumbre iniciaron el viaje desde Colloto y por la autopista llegaron hasta La Secada donde rutearon por carreteras nacionales y sobre todo por la preciosa red secundaria asturiana. Pasaron por los pueblos de Cangas de Onís, Benia de Onís, el alto del Ortiguero, para finalizar el primer tramo del viaje en la zona de Arenas de Cabrales, donde se tomaron un descanso para reponer fuerzas.

Poco después continuaron por la AS-114, una de las mejores carreteras moteras de la zona oriental asturiana, bastante desconocida pero maravillosa por su trazado, la belleza del entorno y la poca circulación que suele tener. Esta bella carretera marcha rumbo al este por el margen del río Cares hasta llegar a Panes, donde enfilaron sus motos dirección Unquera, entrando ya en Cantabria por la N-621, donde se puede observar la belleza de la frontera natural que forma el Río Deva entre las dos comunidades.

En Unquera, famosa por sus dulces llamados “corbatas de Unquera” (no dejéis de probarlos si pasáis por la zona), diferentes carreteras locales los llevaron por toda la costa occidental de Cantabria, circulando por el precioso pueblo marinero de San Vicente de la Barquera, el señorial y universitario de Comillas para llegar, finalmente, en Santilla del Mar, una preciosa villa medieval anclada en el siglo XIV. Sus cuidadas y empedradas calles, sus palacios señoriales y su Iglesia gótica confirman porque está clasificada como Conjunto Histórico Artístico y es, desde hace décadas, uno de los centros culturales y turísticos más conocidos y visitados de Cantabria. Por cierto que esta villa de Santillana del Mar es conocida como la de las tres mentiras: Ni es santa, ni es llana ni tiene mar.

Les sorprendió la cantidad de turistas que llenaban esta pequeña villa cántabra. El rugir de las motocicletas de Asturguardianes accediendo por las calles empedradas, sorprendió a propios y foráneos y modestamente, hizo "sentirnos importantes y famosos por unos minutos" (la vanidad también es humana amigos). Igual que Lorenzo, Márquez, Pedrosa o Rossi fueron una atracción añadida a la belleza del pueblo y entre flashes, saludos y sonrisas de los viandantes, se adentraron con sus motos hasta el centro del pueblo.

Para comer, ya que todo en la vida no va a ser moto y turismo, Santillana del Mar tiene una gran cantidad de restaurantes preciosos, muchos de ellos situados en el interior de impresionantes palacios medievales restaurados. Todos los bolsillos tienen su local adecuado en este lugar.

Después de la comida y una tranquila sobremesa, iniciaron la ruta de vuelta hacia Oviedo, ya que a las 20:45 comenzaba el partidazo, la final de la Champions League, entre el Atlético de Madrid y el Real Madrid, que nadie se quería perder. Y con un maravilloso día de moto, turismo y pueblos medievales, el motoclub Asturguardianes se despidió de la bella tierra cántabra, pero… seguro que volverán.

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