La moto japonesa más cara de la historia

La moto japonesa más cara de la historia

El pasado mes de diciembre una superbike de Honda se convirtió en la moto japonesa más cara de la historia de las subastas.

Las casas de subastas suelen ser noticia porque en ellas se pujan los objetos más preciados y caros, alcanzando cifras jamás imaginadas.

Una de estas casas, Collecting Cars, del Reino Unido, fue noticia porque uno de sus lotes logró un precio final realmente elevado.

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Y es que este lote era nada más y nada menos que una exclusiva Honda RC213V-S, una superbike de calle réplica de la MotoGP con la que la marca compite en el mundial con Marc Márquez. O sea que es una auténtica MotoGP matriculable, como la Ducati D16RR.

Esta moto se fabricó entre 2015 y 2016 en una serie limitada a 125 ejemplares, y en aquel momento tenía un precio de 188.000 euros. Esta unidad en concreto es la número 29, tal y como se puede ver en la pletina superior, donde está grabado el número de la serie especial.

La moto japonesa más cara de la historia es una Honda RC213V-S

Además, también se lanzó un kit opcional de piezas HRC, con nueva centralita, sistema de escape racing de titanio, quickshifter y un data logger, gracias a lo cual la potencia se eleva a 215 CV y el peso se reduce en 10 kg.

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Esta RC213V-S puesta a subasta aún estaba en la caja original de embalaje, no había sido ensamblada, por lo que nunca había circulado, ni realizado ninguna revisión de la marca.

Y como extra incluía también el kit opcional de piezas racing de HRC, por lo que era realmente todo un bombón.

Pues bien, el precio alcanzado fue de 177.500 libras, unos 213.000 euros, lo que la convierte no solo en la RC213V-S más cara sino también en la moto japonesa más cara de la historia.

Recordemos que la Honda RC213V-S tiene un motor V4 90º de 999 c.c. -4T, LC, 16V, PGM-FI- que entrega 159 CV -con el kit Racing llega a los 215 CV- para un peso de 170 kg, con suspensiones Öhlins, pinzas de freno Brembo radiales monobloque y llantas forjadas Marchesini.

Fuimos afortunados al poder probarla para todos vosotros, y es que rodar con una MotoGP de calle es un lujo al alcance de muy, muy pocos...

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