Que en el Levante español la pasión por el motociclismo de velocidad está arraigada desde hace muchos años es una realidad contrastada que no iremos a descubrir ahora.
Desde los tiempos del murciano Pedro Cegarra o los hermanos castellonenses Enrique y Vicente Escuder; pasando por los del legendario Ricardo Tormo y los Pérez Calafat; la etapa de Jorge Martínez Aspar, Champi Herreros, Manuel Hernández o Julián Miralles; o el periodo de los Barberá, Terol, Faubel, Debón… hasta la actualidad, las comunidades bañadas por el Mediterráneo siempre fueron cantera de pilotos excepcionales.
El campeonato territorial valenciano tenía un nivel muy alto, con frecuentes carreras en circuitos urbanos donde la pasión de quienes los desafiaban estaba por encima del respeto a su propia integridad.
Las calles de localidades como Alacant, Alberique, Alcoy, Alginet, Almusafes, Alzira, Benifayó, Canals, Carcaixent, Carlet, Castelló, Cullera, Gandía, Guadassuar, Ibi, Sueca, Torrent o Xàtiva se convertían en un autentico infierno para los Nieto, Palomo, Grau, Cañellas, Parés, De Juan o Alguersuari que las pasaban canutas para doblegar a los “diablos ché” en su feudo. En unos circuitos forrados de farolas, árboles y señales de tráfico; coronados por aceras y bordillos; remachados con peligrosísimas tapas de alcantarilla, y donde a veces las escapatorias de frenada consistían en los empedrados pasillos del cementerio local al que se accedía con urgencias a través de sus verjas abiertas de par en par.
Unas condiciones poco compatibles con la vida que, no obstante, no fueron suficiente dique de contención para una afición espoleada por personajes como Salvador Gascón, presidente del dinámico MC Cullera, o la divulgación realizada por periodistas tan fundamentales como Paco Desamparados, Pedro J. Vallespir, Julián Company, Francisco Artacho, Mario Escat o Jordi Alberola. Y desde medios tan capitales como el diario Las Provincias, A Punt o Canal 9, por ejemplo.
Todos ellos y todo esto ha desembocado en la brillante realidad que es hoy del motociclismo valenciano, donde la creación del circuito de Cheste ha sido fundamental para la consolidación del presente.
Desde la instalación estupendamente gestionada por el equipo de Gonzalo Gobert se han hecho las cosas maravillosamente bien, y tanto el esfuerzo del día a día como la creación de tantos campeonatos promocionales (Copa Bancaja, Open Mediterráneo, Cuna de Campeones, etc.) nos sirven para entender porque los pilotos surgidos de esa cantera vuelven a tener tanto protagonismo internacional.
Y siguen en boga
Moto3 llega a Austin con Sergio García Dols como líder de la clasificación por delante de Foggia, con quien protagonizó un duelo apasionante en Termas, y con el mallorquín Izán Guevara como testimonio desde el tercer lugar de la tabla, como Sergio en el equipo Solunion.
El de Burriana suma cinco victorias, una docena de podios y un par de poles (la última con el “All In” a una sola vuelta del fin de semana pasado) desde que aterrizó en el mundial hace ya cuatro temporadas. El año pasado sus opciones a proclamarse campeón del mundo se fueron al traste precisamente en el COTA, en el tramo final del calendario.
Ahora la situación es muy distinta, fundamentalmente porque el pupilo de Aspar ya no tiene sobre sus hombros esa pesada losa que soportó en 2021 llamada Pedro Acosta. Su lucha este año, con tan solo 19 años de edad, será contra el experimentado Foggia, que no quiere dejar escapar un nuevo tren en la categoría.
Y por si las opciones de Sergio parecen pocas, no olvidemos que el orgullo valenciano en una cilindrada que siempre dominaron los pilotos de la región está también magníficamente representado por Jaume Masiá, Carlos Tatay o por el jovencísimo Daniel Holgado, todo un campeón mundial.

En Moto2 el panorama también destila sabor valenciano. Aron Canet es segundo del campeonato, ahora en el equipo de Sito Pons, y por detrás de Vietti. Tras sumar seis victorias en Moto3 busca su primera victoria en la categoría intermedia, un resultado que nos desvelará el significado de esa pajarita que luce orgulloso en esa madeja de tatuajes de adornan su cuello cada vez que se sube al podio. Estamos tan intrigados que tenemos incluso más ganas nosotros que el propio piloto de Corbera.
Pero es que, además de Canet, ahí están también los murcianos Acosta, séptimo, y Aldeguer, decimoquinto.
El Tiburón está pagando el peaje de adaptarse a una categoría muy compleja con un precio más alto del que nos auguraban. Pero todo llegará; en Argentina ya vimos los primeros “brotes verdes” en la actuación del de Mazarrón.
Y cuando estábamos esperando a Acosta en Moto2, llegó Aldeguer con esa pole de record en Termas, el más joven en reinar un sábado en esa división.
Hace dos años Fermín estuvo a punto de dejarlo, de ahí su enfoque hacia otras categorías a la vista de los resultados.
Pero está claro que en Murcia no entienden ni de edades ni de convencionalismos. Ahí está el ejemplo de Carlos Alcaraz en el tenis (18 años), o del “Bala” Valverde (¡41 tacos!) en ciclismo, o el de Ana Carrasco, la primera mujer campeona del mundo sobre asfalto. Está claro que en Murcia -como cantaba David Bisbal- están acostumbrados a ir “Contra Corriente”.
Por todo ello, coincidirán conmigo que, aunque el eslogan al principio solo se utilizaba para Alicante, está claro porque los pilotos valencianos, de toda Valencia, llegan desde “la millor terreta del món”.
Desde Murcia con amor. ¿Bisbal, murciano? Primera noticia.
No hauria estat mal indicar que la última victòria de Sergio García fou contra un altre valencià també jovenet i amb cinc victòries ja als grans premis, Jaume Masià.