La desaparecida marca rusa IZH da nombre a la nueva creación del joven diseñador industrial Igor Chak, un talento de 26 años nacido en Vladivostok, criado en Japón y que ahora vive en Seattle, Estados Unidos. Tras trabajar para varias compañías, entre ellas Nokia, en la que diseñó uno de sus móviles, su pasión son las motos. Y después de dibujar lo que para él debería ser la nueva Honda CB 750 del futuro, ahora vuelca sus ideas en una nueva moto rusa, la moto más segura del mundo.
Su prototipo muestra una moto naked movida por un motor bicilíndrico en V convencional con transmisión semiautomática, híbrido –con un motor eléctrico dotado de baterías de litio-, en la que el 50 % de sus materiales son plásticos y en la que se incluye, además, lo último en seguridad.
Es sólo un proyecto, pero pone sobre la mesa un conglomerado de ideas atractivo. Mirando por la seguridad del piloto, la nueva moto dispone de elementos de seguridad pasiva tales como una suspensión delantera alternativa, en la que la horquilla se ha convertido en una estructura de deformación controlada, para absorber la energía cinética del choque en caso de colisión frontal. También incorpora dos airbags, para salvaguardar no sólo la parte superior del cuerpo del piloto, sino también brazos y piernas. Además dispone de elementos de seguridad activa tales como radar, que activa la frenada automática en caso de proximidad con el vehículo precedente, ABS, visión nocturna, avisador de vehículos en ángulo muerto y cámaras traseras. Otro detalle más son frenos magnéticos, nada que ver con los convencionales.
En su imaginación añade tres pantallas LCD –con funciones de retrovisor-, en la que se muestran la instrumentación y todos los datos de la moto, más navegación por satélite –con display de realidad aumentada-, teléfono con función manos libres… y faltan la conectividad por Bluetooth o Wi-Fi. Si alguien se atreve a fabricarla, será, sin lugar a dudas, la moto más segura del mundo.