Las tecnologías avanzan rápido, todo el mundo lo sabe, y a pesar de que los coches autónomos todavía no han llegado a las carreteras de forma más que esporádica, el tema ha empezado a preocupar al sector de la moto.
Y es que así como es posible imaginar un coche que se desplace sin intervención humana, no es posible, ni deseable, imaginar una moto con estas propiedades.
Así pues, desde la FIM informan hoy que ya se han puesto manos a la obra, con conversaciones a alto nivel con las instituciones de la Unión Europea y con el Comité de Transporte Terrestre de las Naciones Unidas.
El objetivo es garantizar que, en caso de que los vehículos autónomos se generalicen, las motos no pierdan su derecho de usar las carreteras y calles que actualmente están autorizadas a utilizar.
Este es el primer punto que se ha tratado en las reuniones, que también han puesto encima de la mesa la necesidad de tener en cuenta las necesidades de los motoristas, peatones y ciclistas a la hora de autorizar el uso de vehículos con nuevas tecnologías.
Quizás todo esto os parecerá lejano, ciencia ficción, pero la industria de la moto, y en este caso la FIM, ha preferido prevenir en lugar que tener que curar. Veremos como se desarrollan las tecnologías y si, dado el caso, podemos evitar un futuro tipo Minority Report, donde las motos no tenían lugar.