La alternativa

Mientras rodábamos con estas dos bicilíndricas por unas bonitas carreteras con buen asfalto que descubrimos acompañados de nuestro fotógrafo Santi Díaz, recordé la experiencia de hace dos semanas, cuando en una pista de supermotard probamos la KTM SMC equipada con su monocilíndrico 690 LC4.

Aquella fue una divertida experiencia que tuve muy presente: ¿de qué habría sido capaz con nuestras dos protagonistas de hoy en aquella pista que montó KTM en la presentación de las LC4? Pues la verdad es que no me lo habría pasado tan bien como con las SMC, porque estos aparatos con cien caballos de potencia no son tan apropiados para pistas supermotard como la ligera y divertida mono de la que os hablamos hace dos semanas.

Pero sin duda alguna tanto la Hypermotard como la Supermoto son más fáciles, más divertidas y aptas para un mayor número de usuarios que otras motos con prestaciones similares.

Rodamos bajo un sol primaveral, una luz clara, atmósfera limpia y unos almendros que, como viene siendo habitual en los últimos años, florecen antes de hora. El asfalto que en ocasiones estaba prácticamente nuevo y en otras bacheado como un camino de carros, hizo que disfrutásemos de nuestras protagonistas en carretera abierta, pues tienen una facilidad pasmosa para entrar en las curvas, el peso de una SBK de última generación y la potencia de una SSP.

Pero son mucho más fáciles de llevar que cualquiera de todas ellas; son infinitamente más confortables y cuentan con el plus que significa tener la sensación de controlar la situación en carreteras de cualquier tipo, entre otras cosas porque su largo recorrido de suspensiones transmite mucha información al piloto, algo que en una SBK y una SSP es más difícil de conseguir.

(Más información en Solo Moto número 1653)

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