Una vez más, KTM nos brinda la oportunidad de poder disponer, en una montura de serie, de los avances más exclusivos de hoy en día. La 505 SX-F es una moto que responde tanto a la fi losofía Ready to race como a una más contundente que podría ser: lista para ganar.
Si tuviéramos que definir esta montura con un solo adjetivo que describiera la bondad más destacable, no cabe la menor duda de que éste sería “potente”.
Y aunque, para nosotros, la potencia que desprende este propulsor resulta toda una baza, también es cierto que obliga a una conducción más suave, fi na y sin brusquedades. Lo cual no es un problema, porque la renta obtenida en las zonas rápidas permite una conducción más precisa y cómoda en las partes técnicas del trazado. En definitiva, más segura.
El mayor de los tres modelos de la gama de cross ofrece, respecto a su hermana gemela -la 450 SXS-, una respuesta más contundente que se transmite en la pista con una relación del cambio elástica e interminable. Tanto es así, que no resultaría nada extraño que en un gran número de los trazados el nuevo modelo de la fábrica de Mattingofen permita realizar toda la vuelta al circuito con la misma marcha. Esto se debe a la gran elasticidad de su curva de potencia, y al alto par motor, con el que podremos realizar curvas con la segunda marcha engranada, o incluso la tercera... y sorprendentemente llevándolas hasta una estirada interminable.
Las ventajas de un propulsor de gran cilindrada son muchas, aún más si los caballos son domados al gusto del piloto. Lo curioso es que el nuevo modelo sólo posee 27,5 c.c. más que el de su hermana gemela, la 450 SXS, es decir que su cilindrada es de 477,5 c.c., y no 505 como muestra la caja del fi ltro de aire. Sin duda, un dato que aún nos ha llamado más la atención, puesto que la mejora respecto a ésta es envidiable.
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