Kawasaki Versys 650 Tourer Plus (ABS): Sí se puede

 Pocas veces pasa que uno se sube a una moto y en pocos segundos la siente como si la hubiese conducido toda la vida. Esta es la primera sensación que sentí cuando arranqué la Versys 650 por primera vez. A simple vista parece una moto cualquiera, pero si prestas un poco de atención, las nuevas formas de la Versys aumentan su atractivo. Como una prueba cualquiera de un día cualquiera, llegué al garaje y automáticamen­te, inmerso en mis pensamientos, me subí a la moto sin fijarme en nada. La saqué de entre todas las demás motos de pruebas, me subí y la arranqué para salir.   Al salir de la rampa y pasar de la oscuridad a la luz volví de entre las tinieblas de los pensamientos perdidos a la realidad. Fue entonces cuando empecé a darme cuenta de que estaba sobre una Versys. ¿Por qué me había pasado esto? ¿Cómo uno puede olvidarse de todo y conducir una moto por primera vez como si la hubiese conducido toda su vida? La respuesta es tremendamente sencilla: la Versys es una de las mo­tos más equilibradas y sencillas de conducir de todas la que he probado en años. Ya me di cuenta de este comportamiento hace unos cuatro años, cuando empecé a colaborar dando cursos de conducción en Fastparcmotor, en Igua­lada, donde la opinión de los cursillistas sobre las motos de escuela, que son ER-6n y Versys, destacaba la facilidad de adaptación y franqueza de sus movimientos.

Esta nueva generación Versys propone cuatro opciones de equipamiento distintas. La que nos ocupa en este test es la versión Plus equipada con ABS, maletas laterales de 28 l con bolsas interiores, protectores paramanos, faros antinie­bla, indicador de velocidad insertada y protector de depósito. Dejando atrás la ciudad y conduciendo a velo­cidad de crucero, empecé a pensar qué provo­caba mi instantánea adaptación. El secreto está en el equilibrio entre potencia, peso, geometría y ergonomía. 

Estoy sentado en una posición donde los bra­zos, espalda, pies, piernas y cabeza quedan siem­pre relajados. El equilibrio de sus masas, concen­tradas en la parte más baja de la moto, junto con el acertado conjunto de suspensiones, aporta una gran facilidad de giro, excelente apoyo delante­ro y una gran capacidad de tracción. La eficacia de tracción también es debida a la adecuada respuesta del motor; un propulsor de resolución elástica y suficientemente enérgico para tener buena sensación de aceleración y vigor en toda su curva de potencia. El bicilíndrico en paralelo es una buena solución, sin vibraciones, adecuada precisión del acelerador y una retención que ayu­da en las frenadas.

El sonido del doble cilindro a bajas revoluciones es tranquilo y pasivo, pero cuando se le infunde tor­sión al gas, se transforma en deportivo y excitante. Gracias a su nueva cúpula y su visera fácil­mente ajustable, estuve perfectamente prote­gido durante todo el trayecto desde la ciudad hasta las carreteras cercanas a la montaña. 

El día de pruebas parecía despejado y tem­plado, buenas condiciones para disfrutar de un día de moto, pero el viento azotaba con bastan­te virulencia. Pese a este inconveniente, seguí mi ritmo de crucero agazapado tras la visera pero sin bajar marchas; tenía plena confianza en mi montura y, exceptuando algunos bruscos desplazamientos, seguía mi camino. Os asegu­ro que la moto era una vela, es decir, llevaba maletas, semicarenado, y visera alta, elemen­tos que ofrecen gran resistencia al viento; pues bien, pese a esos inconvenientes, no tuve nin­gún momento de pánico y desconfianza. La moto no se movía más de lo necesario, lógico en esas extraordinarias condiciones. Solo tenía que estar concentrado y atento a las ráfagas, agarrarme fuerte y seguir adelante con decisión y firmeza. 

Entre montañas, el viento estaba más contro­lado y casi no molestaba. Pasé por tramos y pa­rajes de distinto nivel de adherencia y radio de curvas, pero mi confianza seguía intacta. Podía apoyar el tren delantero frenando sin miedo a la vez que la moto giraba con resolución. Al mismo tiempo, podía inclinar con gran rapidez y facilidad sin límite aparente, cambiando de dirección con mucha rapidez y estabilidad. Lo cierto es que si la exprimía, podía percibir torsiones, pero incluso en esas maniobras, las reacciones de la moto eran anunciadas e intuitivas. Este comportamiento au­mentó todavía más mi confianza. La anchura del manillar y su posición ayuda mucho a llevar una conducción bajo control en cualquier situación y deja mover al resto del cuerpo adecuadamente.

En plena inclinación, la aceleración podía ser contundente sin miedo de pérdida de tracción, ya que la entrega de potencia es lo suficientemente adecuada para que la rueda se adhiera y gire, aunque sea patinando, sin que por un exceso de potencia el movimiento sea brusco. Este com­portamiento te ayuda en algunos casos de poca adherencia a que la moto acabe de realizar el giro con más rapidez y menos espacio.

El sistema de frenada ABS, combinado con las pinzas Nissin de doble pistón y los discos lobu­lados, aportan un tacto de frenada excelente. La seguridad del ABS cambia el tipo de conducción, ya que si decides elevar la conducción al nivel deportivo, puedes apurar hasta el límite con la se­guridad de no perder la rueda en ninguno de los casos. Lo único que puede suceder es que hagas algún metro de más hacia delante, pero si eres consciente de lo que puede ocurrir, solo hay que tener la paciencia y temple para seguir adelante.

Otro aspecto a destacar es el adecuado com­portamiento de las suspensiones. Los setting preestablecidos son muy adecuados para un conductor de peso ligero, pero si tus condiciones físicas pasan a otra categoría, puedes regular fá­cilmente tanto la precarga del amortiguador como la horquilla, y en esta última también la extensión. 

Si la conducción es moderada, el balanceo horizontal es de poco recorrido, pero si apuras frenando, la primera parte del recorrido de la hor­quilla es bastante rápido. El amortiguador trasero está bien regulado y solo muestra balanceos no deseados a alta velocidad. En esos casos has  de confiar en el equilibrio del conjunto y moderar el gas sin brusquedades. 

La Versys tiene muchas virtudes, pero la más interesante es su bajo consumo y su gran autonomía. Por supuesto, esta econo­mía dependerá del tipo de conducción. En cualquier caso, para que esto sea posible, lo imprescindible es tener gran capacidad de depósito y una combustión eficiente. El depósito de 21 litros y su ajustado consu­mo de 4 litros ofrecen 380 km de autono­mía. La reserva se activa sobre los 16 litros consumidos, por tanto te quedan 5 l y 100 km por delante todavía.

Durante mi prueba, mi conducción fue más que alegre, por lo que los consumos medios reales medidos todavía se pueden rebajar. El hecho de llevar maletas, que además están encajadas en la justa medida, es de­cir, por donde pasa el manillar, pasan las maletas, permite guardar muchos objetos. Su apertura es bien sencilla, ya que con un solo movimiento de llave y una grapa de seguridad está abierta y cerrada her­méticamente.

El extra de los antiniebla no me parece necesario, a no ser que te vayas a Cabo Norte. Además, el interruptor extra de ac­cionamiento y su soporte es muy exagera­do. Otro extra exagerado es el indicador de velocidad insertada. Su funcionalidad es de agradecer, pero el tamaño de dígi­tos es más grande que cualquier otro del cuadro de instrumentos y con una luz roja que parece que estemos en constante emergencia.

Algunos comentarios que recibo de gen­te que me pregunta sobre la moto después de responderles: “Sí, 650 centímetros cú­bicos” son de “¿sólo? Pues vaya…”. No tienen ni idea. Estamos acostumbrados a oir constantemente 150 CV o 200 CV como si fuese lo más natural, pero ¿quién es capaz de aprovechar todo ese derroche de potencia por carretera? Nadie, amigos, ni el más pintao. 70 CV son más que su­ficientes para todo y si alguien se atreve a exprimirlos al máximo, verá que en mu­chos casos todavía le sobrarán algunos y se puede llegar hasta sensaciones altas de conducción. Seamos realistas y pongamos las dos manos en el manillar. La Versys es una moto muy adecuada para gente inteli­gente que aprecie el uso de la moto en su más amplio abanico de posibilidades.

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