Jorge Lorenzo prueba en exclusiva para Solo Moto la Yamaha YZF-R1

Jorge Lorenzo tiene una agenda más que apretada. Pero este invierno ha podido organizarse, pasar bastante tiempo en España y llevar el tipo de vida que le gusta durante la pretemporada. Una vida tranquila, sin viajes y sin descuidar sus compromisos, pero sin dejar de lado su preparación. Es decir, entrenarse en el gimnasio y alternar su preparación física con algo de moto de cross en un circuito sin saltos, para mantener el feeling con el puño de gas, no dejar de sentir la sensación de derrapar y llegar a las curvas sin tocar los frenos, sólo con la retención que tiene su pequeña Yamaha de cross con motor de cuatro tiempos. Dice que ésta es una buena forma de coger feeling.

Cuando le propusimos ser el excepcional probador de la nueva Yamaha R1 para los lectores de Solo Moto Actual no puso ni un solo problema. Con su agenda bien programada gracias a la ayuda de Héctor Martin, buscamos un hueco. Dicho y hecho. Tras una sesión de moto cross se brindó a hacer una sesión de fotos en el Circuit de Catalunya y sacar algunas conclusiones sobre una de las motos más esperadas de este 2009.

Jorge Lorenzo da la sensación de tener las cosas más claras que nunca. Con respecto al piloto que conocí en su época en Derbi, lógicamente es más mayor y ha madurado. Lejos de endiosarse, sin perder su sentido del humor y con una muy buena predisposición, pasamos una mañana muy agradable.

Antes de subirse a la R1, se puso su mono con parsimonia y comprobó que le iba perfecto. “¿Te gusta?”. Pues sí, nos gusta… “El casco también me ha quedado muy bien”, nos comentó ilusionado. “Como verás, el número 99 que voy a lucir a partir de ahora lo tengo muy presente”, dijo mostrando el del casco. Pues la verdad es que sí lo tiene muy presente, pues antes de dar inicio a la sesión de fotos colocó con delicadeza su número 99 en el frontal de la R1. Tras personalizar la R1 de Yamaha, se miró los neumáticos con cierta desconfianza… “Yo no estoy acostumbrado a este tipo de neumáticos en una moto con tantos caballos de potencia”, me comentó por lo bajo. La verdad es que poco más tarde cuando rodé con la R1 en el mismo escenario que Jorge, pensé mucho en la intranquilidad de Jorge y además consideré que la pista estaba fría y poco rodada, pues debido a que en el Circuit están de obras, una importante capa de polvo condicionó un nuestra sesión.

Jorge se mostró como siempre complaciente. Nos dedicó una larga serie de caballitos y puso mucho interés en que las fotos se adaptaran a nuestras necesidades, comprobando continuamente el trabajo de Santi Díaz y J.P. Acevedo.

A pesar de su falta de costumbre en conducir motos de calle y de que su referencia es la M1 de MotoGP, puso interés en ponerse en la piel de un usuario y poder sacar algunas conclusiones.

Claro que su ADN es, evidentemente, de carreras, y sobre la R1 de calle no pudo dejar en el box su mentalidad de uno de los pilotos de MotoGP con un futuro más brillante, que por un día se puso en nuestras manos con la cabeza pensando en vosotros. “No suelo pilotar este tipo de motos. Pero con respecto a las motos de calle que yo recuerdo y que probé hace tres o cuatro años, esta R1 ha mejorado muchísimo a todos los niveles”.

Música celestial

La primera sorpresa que uno se lleva al observar esta nueva Yamaha R1 es su frontal; la segunda viene al arrancarla y descubrir su sonido celestial; la tercera, cuando te sientas en ella y notas las explosiones irregulares en el culo, y la cuarta, cuando supera las 9.500 rpm y notas una patada que te catapulta hacia delante. La larga historia de la Yamaha R1 que se inició en 1997 ha llegado en este 2009 con un nuevo y revolucionario modelo que rompe la baraja y abre una nueva página en una de las motos más excitantes del mundo.

Una moto que estéticamente pierde parte de su encanto, porque el arriesgado frontal se distancia mucho de la afilada elegancia de la familia R1, para entrar en una onda más propia de una streetfigther que de una de las superdeportivas más elegantes de la historia. De las cuatro ópticas del modelo anterior se ha pasado a dos elipsoidales, y se han colocado dos entradas frontales del sistema de admisión forzado de discutible estética. También en la popa los nuevos silenciosos llaman poderosamente la atención y hacen a la R1 demasiado culona.

Debido a la exigente normativa europea, en Yamaha se han visto obligados a mantener los mismos silenciosos y hacerlos más grandes, y el sonido que emiten es grave, agradable, casi casi… música celestial. “Me encanta y es un poco engañoso. Por el sonido que emite parece que no vaya a correr, pero cuando abres a fondo tiene mucha potencia”, comenta Jorge Lorenzo mirándose la moto sorprendido.

Desgraciadamente, no se ha podido montar un silenciador bajo el motor. El nuevo depósito de combustible que se prolonga por debajo del asiento (también se ha reposicionado el amortiguador) ha permitido acercar al máximo las masas al centro de gravedad. Con todo ello, la nueva R1 nos ha parecido más compacta que nunca. La posición de conducción es muy natural, como si reclamara que la abraces con brazos, codos y las piernas, algo que permite su estudiada ergonomía. El depósito de combustible más corto y las estriberas regulables en tres posiciones más cerca del manillar, además de que el motor se ha adelantado ligeramente, otorgan a la nueva R1 la sensación de que es más compacta.

Jorge nos comentó al respecto. “No tengo manías, intentaría adaptarme a la moto, algo que normalmente consigo rápido. La posición me gusta. El asiento patina un poco, y lo que haría es sustituir el acolchado por una gomaespuma como la que llevo en la M1. La posición de conducción es cómoda.

En las frenadas bruscas, el peso del cuerpo cae sobre las muñecas, pues las rodillas no tienen apoyo en el depósito de combustible. Comparto con Jorge Lorenzo su impresión de que el asiento (generoso) resbala demasiado con mono de cuero, que es la vestimenta que se utiliza en circuito y donde esta sensación se acentúa, pues es una pista donde el cuerpo se desplaza de un lado a otro.

 

Compacta

Sin ninguna duda, ésta es la R1 más compacta de la historia. también la más equilibrada. La suave respuesta del motor bajas vueltas está muy bien acompañada por lo que respecta a parte ciclo.

A bajas velocidades, la R1 es sorprendentemente manejable fácil de llevar. Es compacta y a vez sensible a los movimientos de la cadera, rápida de reacciones. Parece una moto de menos de 1.000 cc.

La rueda delantera pisa muy bien el asfalto, y la suspensión, ahora con el reglaje de la compresión en la barra izquierda y el de extensión en la derecha, lee con fidelidad las posibles irregularidades del asfalto. Además, aguanta muy bien las frenadas con la moto ligeramente inclinada. La confianza del tren delantero sobre un buen piso y los cambios de dirección son de lo mejor de la R1. Jorge nos comentó: “Uno de los aspectos que más me ha sorprendido es que la rueda delantera ya no tiene la tendencia de perder el contacto con el suelo como en motos anteriores. Con esta nueva R1 puedes acelerar con mucha confianza sin la sensación de que la rueda delantera se levante y, por tanto, tengas que cortar el puño de gas. Sin duda, es un punto a su favor especialmente por carretera, pero si quieres hacer un poco el cabra en un circuito… !va peor!

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