Es la gran sensación de la temporada en Moto3. Joan Mir ha dominado la primera parte de 2017 de forma contundente. Primero en Qatar, Argentina, Francia, Alemania y Cataluña, y tercero en Jerez… Sorprendente para casi todos, el propio Joan incluido. “No, la verdad es que no esperábamos un comienzo de temporada así”, responde cuando se le pregunta por ese inicio de temporada tan fulgurante. Joan habla con tranquilidad, con naturalidad. “Teníamos claro que el cambio de marca con respecto al pasado año era un paso a mejor. Los primeros tests no fueron especialmente buenos. De hecho, recuerdo no tener buenas sensaciones con la nueva moto”.
El cambio llegó con Qatar, donde piloto y equipo encontraron el camino. “Sí, supuso un gran paso adelante. Dimos con una puesta a punto que nos hizo competitivos”. Si antes de Losail había escepticismo, después del GP de Qatar, Mir reconoce que “salí de allí esperando volver a ganar, sinceramente. Ahora me siento muy a gusto con la moto y con el equipo, y esto se nota”.
2017 es solo la tercera temporada de Joan Mir en el Mundial, pero sorprende cuán amueblada tiene la cabeza. Habla con seguridad, diciendo lo que quiere decir, sin tener que tomarse tiempo para buscar la respuesta apropiada. “La decisión que tomamos a finales de la pasada temporada de pasar de KTM a Honda fue mía, y yo cuando tomo una decisión, intento tirar hacia delante con todo, aunque me equivoque; intento asumir yo la responsabilidad”.
Ni siquiera su buen final de temporada con la marca austríaca le hizo dudar de haber dado el paso de irse a las filas de Honda. Después de haber cerrado el acuerdo con Honda, pero todavía con KTM, estuvo luchando por ganar en prácticamente todos los GG.PP. finales de 2016. “Siempre es complicado una situación así, sí, pero cuando estás seguro al cien por cien… no, no tenía dudas. Tenía mucha fe en cómo la Honda se iba a adaptar a mi manera de pilotar. Estoy contentísimo”. “La KTM es una moto supercrítica. Es una moto muy buena cuando la tienes a punto. Cuando no la tienes a punto te puedes volver loco; por eso tienes que estar en un equipo que la conozca perfectamente. El año pasado mi equipo no conocía la KTM, por eso sufrimos un poco más. La Honda es una moto mucho más fácil, una vez que la tienes a punto, no tienes que tocar nada; esto con la KTM no pasaba. Dejabas la moto bien por la mañana, y en la siguiente tanda decías: esta moto me la han tocado… y era exactamente la misma”.
Con la sinceridad que le caracteriza, explica que con la Honda ha redescubierto eso de “disfrutar pilotando”, algo que confiesa no haber sentido en toda la temporada con KTM, a pesar de los resultados que obtuvo, victoria en Austria incluida.
Precisamente allí, en el Red Bull Ring, el día de su primera victoria en el Campeonato del Mundo, Joan dio muestras de su personalidad, cuando le preguntaron sobre su relación con el otro mallorquín del campeonato, con Jorge Lorenzo. “¿Relación?… Ninguna, jamás me ha hablado”, dijo sin titubear. “Casi mejor –añadió bromeando–, ¡porque yo soy de Rossi!”.
Si hay alguien que conoce bien a Joan es Dani Vadillo, desde hace ocho años la mano derecha del piloto balear. Al contrario de la mayoría de los pilotos catalanes, Mir no empezó especialmente joven en las carreras y su base como piloto se forjó en Mallorca. Pasó esporádicamente por el sistema de formación de Jorge Lorenzo, para caer en manos de Vadillo. “Para mí, lo bueno que tiene Joan es que es un piloto muy agresivo, un piloto que si tiene una buena puesta a punto, es capaz de ir muy rápido”. El método de entrenamiento de Joan es autodidacta y se basa en ir en moto todos los días, todos. Lo que le diferencia de Viñales, Lorenzo o la mayoría de los pilotos top es que Mir practica todas las especialidades, desde motocross hasta trial, pasando por supermotard, minimoto, motos de 600 cc… todo le vale con tal de ir en moto… Pero volvamos a la presente temporada.
Como dice Vadillo, Mir siempre se ha caracterizado por ser un piloto tipo ganar o suelo. “Pensaba que no me podía permitir el lujo de perder, y eso era muy malo. En vez de aceptar una tercera o una cuarta posición, lo intentaba hasta que me caía”, confiesa Joan en otra muestra de la madurez que ha adquirido.
Pero este cambio de mentalidad no ha sido fácil. “El año pasado, al principio de temporada, viendo que no había manera con la KTM, que no levantaba cabeza, me vine abajo”. No fue hasta después del verano, cuando con ayuda de psicólogos deportivos y de la familia, remontó el vuelo, recuperó las ganas de salir a medirse con sus rivales. Una actitud que se materializó con la victoria en el Red Bull Ring
“Eso de llegar a Austria y ganar y a partir de ahí estar delante para ganar todas las carreras… eso fue increíble. Eso fueron dos pasos que di hacia delante. Pero no de calidad sino mental”. Una metamorfosis que le ha llevado a aceptar que hay días en los que no toca ganar sino sumar el mayor número de puntos posibles.
Joan Mir se ha convertido en una de las mayores promesas de nuestro motociclismo. El potencial resulta evidente, salta a la vista. Tanto es así, que antes de que se haya completado la mitad de la temporada, en Barcelona se anunció el acuerdo alcanzado con el Team Marc VDS para las próximas tres temporadas. Las dos primeras contemplan integrarse en la estructura de Moto2 y la tercera se deja abierta a dar el salto a MotoGP. Si cambiará de categoría como campeón del mundo o no está por ver, aunque de momento las sensaciones son buenas. “No te voy a engañar, mi ilusión y mi sueño este año es ganar el campeonato. Creo que de momento estamos siguiendo una buena línea, pero soy consciente de que es muy complicado. Puede pasar cualquier cosa, como todos sabemos”
Creo que ya lo he dicho, pero me gusta Joan Mir. Me gusta su serenidad, el orden en sus planteamientos… “En estos momentos las cosas van saliendo. Ganar te da mucha fuerza en el sentido de que te reafirma en el trabajo que estás haciendo… Yo creo que al final saldrá una buena temporada”.
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