IV Reunión KTM Adventure

La primera edición de la Reunión KTM Adventure se celebró en la provincia de Girona y acabamos en una playa de Tossa de Mar. Unos 25 participantes se apuntaron en un fin de semana lluvioso que marcó el inicio de un evento que parece estar llamado a ser algo muy especial.

Y no solo por su crecimiento en cuanto a inscripciones, sino porque pocos eventos (¿ninguno?) son capaces de reunir a tantos apasionados de un mismo modelo, de saber disfrutar de sus posibilidades.

Así lo ha demostrado la familia Adventure en las cuatro ediciones de su reunión anual, puesto que desde después del pistoletazo de salida de Tossa de Mar, su filosofía ha seguido cautivando a los amigos naranjas en El Maestrazgo, entre los castillos de Segovia o, como en esta última edición, en la serranía de Cuenca.

Con la Adventure como denominador común, en esta reunión, en la que los participantes cubren el recorrido no competitivo sin presiones y al ritmo de cada uno de los participantes, entran motoristas de todas clases. Pero se respira una maravillosa mezcla entre sentido común, pasión y ganas de pasarlo bien, que me sorprenden edición tras edición.

Vienen en pareja, cargados de maletas y ganas de reencontrarse con conocidos de otras ediciones. Otros son más quemados y tienen ganas de devorar kilómetros con los colegas. Los hay que se lo toman con calma y filosofía. Y no faltan aquellos que simplemente con su Adventure quieren compartir sus sensaciones con nuevos y viejos amigos.

La serranía de Cuenca 

Algunos participantes llegaron la noche antes y otros lo hicieron a poco de comenzar la ruta. La salida se dio en el aparcamiento de la conocida Calle Larga de Cuenca. El primer control de paso se situó en Los Palancares. Antes de este CP 1 se pudo escoger entre hacer una ruta off-road o seguir por carretera.

Esta alternativa de off-road fue una de las novedades de la temporada. Una pista sin demasiadas complicaciones dividida en dos tramos, que se adaptó muy bien a los diferentes niveles de conducción. Para muchos fue una buena oportunidad de estrenarse fuera del asfalto incluso con pareja y maletas incluidas. Lo cierto es que, excepto dos tramos cortitos con algo de dificultad para los menos expertos, que se superaron sin problemas con la ayuda de los marshall, el resto de este tramo polvoriento fue del agrado de todos. La sonrisa de los menos expertos al acabar el tramo no se olvida fácilmente.

Al CP 2 se llegó tras pasar, los que no hicieron la pista, por Valdemoro, Zafrilla, Huélamo o Las Majadas, y fue un buen aperitivo para disfrutar de cientos de curvas y paisajes inolvidables.

En el nacimiento del río Cuervo paramos a comer en la enorme carpa del equipo Racing de KTM. Una vez más, la comida estuvo muy bien, yo diría que mejor que el año pasado, y particularmente me quedo con los garbanzos, que espero poder volver a disfrutar… A partir de este punto, la ruta se dirigió hacia el norte hasta Peñalen y Vilanueva de Alcorón, para bajar hacia Cañamares, Fresneda de la Sierra y llegar al CP 4 de Ventano del Diablo.

Es este un lugar fantástico donde la tradición señala que el nombre de este mirador se debe a que el mismísimo diablo organizaba sesiones de brujería y empujaba al vacío a quien osara asomarse a estos balcones cuyas vistas cortan la respiración…

Hasta aquí fueron unos 430 kilómetros para aquellos que decidieron (la mayoría) completar el recorrido. Ya de bajada a Cuenca, pasamos por la Ciudad Encantada y Valdecabras para acabar, con casi 500 kilómetros en el cuerpo, en el punto de salida de Cuenca.

Final feliz 

Este último control de paso se abrió a las 18.30 horas y se cerró a las 20 horas, pero debido a que fueron muy sobrados, al acabar con tiempo por delante, los participantes y amigos tuvieron la posibilidad de relajarse tomando una cerveza (¡invita la casa!) antes de dirigirse al hotel para relajarse, una ducha y prepararse para la cena que se organizó en Villalba de la Sierra.

La organización no dejó ningún cabo suelto por amarrar y hasta el restaurante se organizó un servicio de autobuses para poder disfrutar de la cena, música en directo, premios, copas y risas.

En definitiva, a medida que la Reunión KTM Adventure se va consolidando, la organización y sus colaboradores parece que saben adaptarse al crecimiento de un evento que gira en torno a uno de los modelos más populares de la firma austríaca.

Un invitado de lujo

Entre los más de 200 participantes, 160 motos y casi 30 miembros del staff, hubo un invitado muy especial: el campeón del mundo de enduro, ahora metido de lleno en los raids, Iván Cervantes. Iván supo disfrutar del buen ambiente y de la ruta que completó como uno más, a los mandos de una Adventure 1290 R.

No dudó en ayudar a los participantes en el tramo off-road, se hizo mil y una fotos, pues estuvo muy solicitado, repartió sonrisas, atendió a los participantes con educación y cariño; en definitiva, demostró ser lo buen tipo que es, además de darle al mango…

Tuve la oportunidad, junto con otros invitados ilustres, de cubrir con Iván el recorrido desde el nacimiento del río Cuervo hasta la meta. Y os aseguro que en asfalto Iván no va tan fuerte como en off-road. Pero no se queda corto. Aprovechó para seguir practicando con el GPS, sorteó una chaqueta personalizada por la que todos suspiramos y pasó una intensa jornada antes de prepararse para viajar a África. “Lo he pasado en grande –me dijo al acabar–, pero me cuesta entender las trazadas en asfalto. Tengo la tendencia a cerrar demasiado la entrada de las curvas –me comento este perfeccionista–. Pero lo he pasado en grande y esta moto es una pasada, tiene un par motor que me alucina”. Eso, Iván, nos parece a todos…

El próximo año llegará la quinta edición de la Reunión KTM Adventure, y a buen seguro lo hará con la misma filosofía, nivel de organización y alguna sorpresa. ¡La familia KTM Adventure sigue creciendo!

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