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Indian Scout Sixty: Seductora

Cuando hace un par de años tuve la suerte de viajar hasta Sturgis, en Dakota del Sur, para descubrir la primera moto de la saga Scout, me quedó muy claro que aquella atractiva cruiser de 1.333 cc era solo el principio de una familia de moto­cicletas. El brillante motor bicilíndrico en V a 60º me pareció una muy buena base para otros proyectos, incluyendo una roads­ter que nos susurraron al oído que se estaba gestando.

Parece ser que efectivamente en Indian tienen muy evolucionada una nueva ro­adster o tal vez una naked, que se presentará en breve en EE.UU. Pero antes de que conoz­camos la que puede ser otra moto sorprendente, llega a nuestro mercado esta segunda versión de la Scout que pudimos probar en las carreteras de la serranía de Ronda.

Con la base del modelo de superior cilindrada, la Sixty cubica 999 cc y es capaz de rendir 78 CV y ofrecer un par motor de 88.8 Nm a 5.950 rpm. Además se puede limitar y por tanto es una bue­na alternativa para los conductores con el carnet A2, que podrán disfrutar de una moto con estilo propio y muy buenas maneras. Las diferencias entre la versión grande y su her­mana pequeña, al margen de la cilindrada, no son muchas.

Estéticamente, lo más evidente es que en el logo del depósito de combustible de Indian no aparece la denominación Scout, y que las llantas están decoradas en negro. Otra diferencia es que si nos fijamos con más detenimiento, observare­mos que el asiento no es de piel como en el modelo de 1.333 cc, sino de símil piel, aunque conserva el mismo diseño. La Sixty está homo­logada para llevar pasajero (asiento opcional y estriberas en el eje del basculante a 500 e). En el frontal del faro se echa en falta una tapa que cubra el cableado y que los cromados de las tapas y el faro de la versión grande ahora hayan desaparecido –están pintados en negro.

Los cambios más profundos llegan en cuanto al propulsor, puesto que tiene cinco velocida­des en lugar de seis y rinde 22 CV menos. Su cilindrada de 999 cc se ha conseguido redu­ciendo el diámetro de los pistones en 6 mm y conservando la misma carrera (73,6 mm) de la versión de 1.133 cc.

Un detalle importante es que la transmisión secundaria es por una correa dentada –como en la Scout– y que esta no tiene ningún tipo de mantenimiento. Únicamente hay que revisarla cada… ¡100.000 kilómetros! Las revisiones del propulsor están programadas a los 15.000 ki­lómetros.

El bicilíndrico en V a 60º tiene un comporta­miento extremadamente suave y parece dise­ñado para gustar entre el público europeo. Es un motor conceptualmente moderno, con un sistema de inyección y acelerador electrónico (ride by wire). Tiene un gran protagonismo en el conjunto, pues su aspecto pulido y cromados combinan armoniosamente. Destaca el depó­sito de combustible, el enorme guardabarros trasero, las ruedas de generosas dimensiones (130/90-16 delante y 150/80-16 detrás), con neumáticos Kenda y ese aire entre informal y minimalista que parece caracterizar a la Scout.

El bastidor lo forman tres pletinas de fundi­ción de aluminio, y los amortiguadores trase­ros, muy inclinados (regulables en precarga) y montados sobre un basculante también en negro y de aluminio, encajan con una estética sencilla y a su vez original. Delante la horquilla tiene poco recorrido (120 mm) y monta barras de 41 mm. Los escapes cromados en paralelo también brillan con luz propia. Por cierto, tuve la oportunidad de probar una versión con las colas (silenciadores) opcionales firmadas por Remus (1.500 e) que emiten un sonido muy agradable.

Al igual que me sucedió cuando probé la ver­sión grande, la pequeña Sixty me ha sorprendido por su comportamiento. Sinceramente su parte ciclo es más propia de una naked o una roadster que de una custom o cruiser de cilindrada media. Es extremadamente fácil de conducir, entra en las curvas con facilidad a pesar de que es una moto con una considerable distancia entre ejes de 1.562 mm. El motor te hace la vida fácil, pues es progresivo, silencioso, y sus 78 CV son más que suficientes para una moto que invita tanto a largos paseos como a excursiones más serias.

Lo primero que sorprende es su escasa altura de asiento a solo 662 mm del suelo, que hacen de la Scout una moto universal, muy manejable en parado, así como entre el tráfico urbano. Sentados en el pequeño asiento, la perspec­tiva es un único reloj que a través de una ven­tana presenta una discreta instrumentación. A las diversas funciones (cuentavueltas incluido) se accede accionando un pulsador (Mode) de la piña izquierda. Los intermitentes y el warning comparten el mismo interruptor.

Tuvimos oportunidad de probarla en una ruta con salida desde Marbella (Málaga), por la serra­nía de Ronda. Y os puedo asegurar que me volví a llevar la sensación de que más que una cruiser, se comporta como una roadster que se conduce con los pies adelantados y las manos arriba.

El chasis es rígido y la geometría moderna, de la que la hacen estable incluso a alta velocidad. El único pero desde mi punto de vista viene en lo que se refiere a los amortiguadores traseros, que tienen sus limitaciones en zonas bacheadas, cambios de asfalto, pequeños escalones, etc. Pero con un buen piso, la Sixty se comporta muy dignamente y no resulta complicado redondear las curvas para evitar que las estriberas, que es­tán situadas más arriba que en motos de este estilo, rocen en el asfalto.

La frenada es buena sin ser excelente y re­comiendo apoyarse con el freno de pie en una conducción casi sport que esta pequeña Indian acepta de buen grado. El ABS es sencillo y ape­nas entra en acción, pero sí que me saltó en un par de ocasiones frenando en una de las mu­chas resbaladizas rotondas que pasamos dejan­do Marbella a nuestras espaldas para dirigirnos hacia el interior.

Lógicamente no es una moto con las posibili­dades deportivas de una naked, pero insisto en que te resulta sorprendente el equilibrio general del conjunto que pudo asegurar que está muy por encima de otras motos de este estilo. Since­ramente, creo que no tiene demasiada compe­tencia, pues sus posibles rivales están en cuanto a comportamiento un escalón por debajo

Las prestaciones del bicilíndrico creo que son más que suficientes para una moto de este es­tilo y mi sensación es que teniendo en cuenta que cuesta dos mil euros menos que la versión grande, la pequeña Sixty le puede quitar ventas y protagonismo a la denominada simplemente Scout… ¡El enemigo en casa! Se sirve en tres opciones cromáticas diferentes: Negro Thunder, Rojo Indian, sin duda el que más se identifica con la marca, y blanco.

Entre la gama de accesorios destacan las llantas de radios, un soporte de las estriberas para avanzar o retrasar su posición. Lo mismo para el manillar, que además se presenta con una opción tipo Mini-Pace, y no faltan los es­capes de Remus que hemos comentado ante­riormente. Su comercialización ya se ha puesto en marcha y el precio final 11.600€. Atentos a la pequeña Sixty.

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