Todos conocemos los beneficios de los turbocompresores y compresores volumétricos. Se trata de incrementar las prestaciones de un motor de explosión gracias al aumento de la presión en la fase de admisión introduciendo en la cámara de combustión más mezcla aire-gasolina en un menor espacio de tiempo. En el último Salón de Milán se presentó una invención que aumenta la presión de la admisión en media atmósfera sin compresores ni turbos, ni ningún elemento electrónico.
Es un tambor cilíndrico cerrado con una entrada de aire, conectado –aunque aislado– al flujo de los gases del tubo de escape que trabaja con membranas y láminas flexibles y que, gracias a la presión creada por los gases de escape, inyecta una cantidad extra de gases frescos con una ligera sobrepresión.
El aire entra y se acumula en el tambor del IDC gracias a una válvula de lámina y a una membrana elástica que se expande. Cuando la presión de los gases de escape aumenta, estos presionan la membrana –que oscila unos 20-30 mm– que cierra la válvula de entrada de aire y abre la segunda válvula de lámina, y empuja el aire fresco al interior del airbox, que crea una sobrepresión. Según AlterEgo Hardware, los creadores de la invención, el IDC pesa 1,5 kg y la potencia y el par motor se mejoran en un 15-20%, así como la suavidad en la entrega de potencia.