El punto de encuentro volvía a ser el magnífico Recinto Ferial de Bargas, donde estaba todo preparado para poder pasar dos días grandes de diversión motera de forma cómoda y donde se habilitó una zona de acampada para los moteros que vinieran de lejos. Con la inscripción, al popular precio de diez euros, se añadían hasta once servicios distintos, desde comidas, bebida, sorteos, acampada… una buena relación precio-producto, que animó a mucha gente a acercarse a visitar a los Dragones del Infierno.
Desde el viernes por la tarde se abrieron las inscripciones. El sábado, después de reunir a un buen grupo de participantes, se inició una ruta turística por la comarca, con la inestimable ayuda de los componentes de Protección Civil de Bargas. Se hizo parada en Magán, en El Fogón de Manoli, parada obligatoria en toda concentración motera de la zona. Luego seguimos ruta hasta la hora de comer y parada barítima en Bargas, donde nos esperaba un plato gastronómico castellano, un buen pisto manchego; a continuación, para que no se aburriera nadie y para bajar la comida, se organizaron unos divertidos juegos moteros, que nos tuvieron entretenidos hasta por la tarde, cuando el numeroso moto club toledano los Biker Bell hicieron entrega a la organización de la concentración de 42 kilos de comida no perecedera para ayudas sociales.
A continuación, iniciamos una ruta moto-turística por la comarca hasta Villaseca de la Sagra, en cuya plaza Mayor aparcamos las motos; en el kiosco de la plaza nos esperaba bebida y un montón de aperitivos para todos. Después se organizó el acto de entrega de trofeos de la concentración y de la Federación Castellano -Manchega de Motociclismo. También tuvo lugar un bike show, en el que el premio fue para una bonita Yamaha Drag Star; para cerrar el acto, se hizo entrega de una placa conmemorativa de agradecimiento por parte de los Dragones del Infierno a los representantes del Ayuntamiento de Villaseca de la Sagra, el teniente de alcalde Carlos Aguado y el concejal de Cultura y Deportes Fernando Sánchez. Después volvimos a Bargas, donde nos esperaba el acto de antorchas por los moteros que ya no están con nosotros y una gran exhibición canina de perros de seguridad, en la que los canes nos dejaron a todos impresionados con sus habilidades.
Por la noche nos esperaban para cenar unas carcamusas con tomate, que fueron del gusto de todos; después de la cena, nos esperaba el sorteo de los numerosos regalos y la entrega de dos placas conmemorativas a Protección Civil de Bargas y al concejal de Deportes del Ayuntamiento de Bargas, Francisco Manuel Pantoja, por su gran colaboración con la concentración. Finalmente, siguió la fiesta con disco móvil.
En definitiva, un buen evento motero en el que poder hacer turismo por la Ciudad Imperial y sus pueblos, que tantos lugares de interés tienen para visitar. Saludos y ráfagas.