En los últimos tiempos, las trail se han multiplicado y su oferta es muy variada. Básicamente son motos de gran cilindrada que en función de la marca y modelo ofrecen más o menos alternativas en off-road. Motos pensadas para viajar, disfrutar en carreteras reviradas y, en algunos casos, tener la alternativa de dejar la negra cinta de asfalto para ensuciarte de polvo y barro.
El caso de esta Husqvarna 701 Enduro es otra historia. Así lo pudimos constatar en una ruta por el sur de Portugal, donde tuvimos oportunidad de disfrutar de una moto muy divertida en pistas y que también se comporta en carretera –probamos la Enduro y la Supermoto el mismo día–. Una moto cuyo concepto no es nuevo, pero que había quedado un poco olvidado en el tiempo, con un buen conjunto de suspensiones como para disfrutar en off-road sin las limitaciones y neumáticos mixtos que, a diferencia de los de enduro puro y duro, también te permiten rodar, incluso disfrutar, por asfalto. Si tuviéramos que buscar una referencia, creo que la moto que más se ajusta a esta filosofía que comparto plenamente sería la XR de Honda, que marcó una época y una tendencia.
La base de esta Supermoto es la Enduro 690 de KTM, pero en Husqvarna, que recordemos que está bajo el paraguas de KTM, han querido desmarcarse de las motos naranjas y ofrecer un plus en cuanto a nivel de componentes para marcar la diferencia.
Con buen criterio, la decoración es una versión actualizada de las Husqvarna de los años 80 en combinación con un nuevo diseño en lo que se refiere a la carrocería. El propulsor es el conocido monocilíndrico de 690 cc (4T, LC, SOHC), con un sistema de inyección electrónica firmado por Keihin, que tiene la particularidad de tener tres mapas (Confort, Standard y Sport), además de una opción para combustible de mala calidad. Desgraciadamente estos mapas no se pueden seleccionar desde el manillar, sino que hay un jumper bajo el asiento.
La carrocería está marcada por el hecho diferencial de montar un chasis tubular en combinación con un subchasis en poliamida con el depósito de combustible integrado, que con respecto al de la KTM, ha ganado 1,5 litros de capacidad, y sinceramente no sé cómo demonios lo han conseguido. El asiento se ha rediseñado, es más espacioso y se prolonga hasta los deflectores laterales. Es un poco duro al tener el depósito debajo y su altura es considerable, pero sobre el mismo se tiene una gran libertad de movimientos. Este es un aspecto importante en conducción off-road, puesto que puedes desplazar el cuerpo en función de las necesidades del momento, es decir, retrasarlo y cargar peso detrás en busca de tracción en una zona de barro o adelantarte en una conducción por zonas reviradas.
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La horquilla invertida es una WP 4CS de cartucho cerrado con 275 mm de recorrido. Se regula fácilmente con los reglajes de compresión y rebote (uno en cada barra), y lo cierto es que nos causó muy buena impresión. Detrás, el monoamortiguador monta un juego de bieletas y el basculante es en fundición de aluminio.
La frenada, con discos Galfer lobulados y pinzas de Brembo convencionales, monta un ABS desconectable pero que también se presenta con una opción off-road. Este actúa solo en la rueda delantera y me dio la sensación de ser poco intrusivo, más perceptible a baja velocidad y presionando con fuerza el freno delantero sobre superficies especialmente deslizantes.
Desde mi punto de vista supone un plus de seguridad para pilotos con poca experiencia, además de que nos puede ser útil en asfalto bajo la lluvia, como la que nos encontramos en ciertos tramos del Algarve.
Para esta primera toma de contacto, el equipo de Husqvarna nos preparó una ruta mixta asfalto, que realmente se diseñó para la filosofía de esta Enduro 701, que no es otra que poder salir desde casa, desplazarte por ciudad o carretera, meterte de por medio algunas curvas y dejar el asfalto para hacer pistas de off-road o enduro puro y duro en función de tu nivel de conducción. Por carretera, la moto es relativamente confortable, alta de asiento, información escueta del cuadro de instrumentos y buenos espejos retrovisores.
Su rueda de 21” delante y sobre todo los neumáticos tienen sus limitaciones, pero el carácter del monocilíndrico y su capacidad para gestionarlo a través del puño de gas (ride by wire) son realmente un placer. En carretera general se notan las vibraciones propias de sus neumáticos con tacos (Continental), pero tiene un comportamiento muy polivalente. En tramos revirados es realmente divertida y en definitiva, sin ser el asfalto su punto fuerte, sí te permite pasarlo bien en busca de lugares más apartados o pistas como las que hicimos en Portugal con el océano Atlántico de fondo. Es decir que puedes hacer un desplazamiento que con una moto de enduro sería una tortura en buenas condiciones, tanto por prestaciones como por velocidad y confort.
Pero donde realmente lo pasamos bien es una ruta por pistas y caminos, después de mojarnos por carretera. El piso estaba en perfectas condiciones, dejó de llover, nada de polvo, un decorado fantástico y ganas de darle al puño...
Las suspensiones que en carretera, especialmente en las frenadas, penalizan con un recorrido excesivamente largo, en pistas transmiten una gran sensación de seguridad. En off-road, la Husqui se siente muy aplomada y al mismo tiempo la combinación entre la horquilla WP y el amortiguador con bieletas transmite una agradable sensación de confort en combinación con una gran sensación de control.
La precisión del puño de gas y el carácter de este potente monocilíndrico de 67 CV de potencia, que no son pocos, te acompañan en cualquier situación. Se puede rodar a muy buen ritmo en pistas rápidas y en zonas más reviradas es una moto a la que se le puede sacar mucho partido. Lógicamente no tiene la agilidad de una moto de enduro, pero se adapta perfectamente a esta utilización mixta para la que ha sido desarrollada esta austríaca vestida de sueca. Todo un acierto para quien tenga muy claro que lo que quiere es una libertad sin condiciones.