Honda Rebel 500: ¡Rebélate!

Los tiempos cambian y con ellos las nuevas generaciones de usuarios que acceden al mercado de las dos ruedas, con necesidades y gustos completamente distintos a los vistos hasta la fecha.

A ellos precisamente va dirigida la nueva Honda Rebel 500, una moto en la que no hace falta fijarse mucho para ver que se trata de algo distinto, sobre todo por el diseño básicamente custom, en el que se han implementado ciertos detalles de las naked para aportar, aparte de un aspecto seductor y fresco, un comportamiento que nos permita divertirnos más allá de los paseos por ciudad típicos en este tipo de motos.

Realmente es una propuesta interesante, distinta y, aunque algunos puedan no pensarlo, nada aburrida. La Rebel es una custom que se sale de los cánones establecidos, al ofrecer un conjunto con una estética de estilo moderno y un tanto Bobber al mismo tiempo, a la vez que no descuida en absoluto la faceta funcional.

Es una moto con una posición cómoda, para nada forzada; las estriberas están altas y bien colocadas –a ritmo fuerte a veces rozan el asfalto–, y el asiento está muy bajo, para que puedan acceder a ella todo tipo de usuarios.

Los más altos, quizás, puedan sentirse un poco más encajonados, pero con una estatura estándar e incluso menor gozaremos de una posición de conducción muy natural.

Dinámicamente es sorprendente. Si esperas una moto lenta y parsimoniosa, estás completamente equivocado, su estrecha silueta y reducidas formas hacen de ella una moto muy fácil de conducir; de hecho, es especialmente eficaz entre el tráfico, donde se desenvuelve desahogadamente incluso con un neumático anterior que podría parecer muy ancho para su cilindrada.

Honda lo ha clavado en el diseño de la parte ciclo: el ángulo de dirección es bastante cerrado y posee una distancia entre ejes de solo 1.488 mm, por lo que no se ve penalizada en los tramos virados, donde sorprende por su estabilidad y buen desempeño; desde luego gomas no le faltan... A decir verdad, nos arrancará más de una sonrisa, ya que la vitalidad que le aporta su brioso propulsor, con una aceleración brillante y un régimen de vueltas con vida incluso en la zona alta del cuentavueltas, es capaz de aportarnos muy buenas sensaciones a un nivel donde otras custom ni siquiera llegan.

Las suspensiones están muy bien puestas a punto, puede que no destaquen por su recorrido, pero a nivel hidráulico realizan un buen trabajo especialmente en el caso de la horquilla que no se descompone fácilmente.

Los amortiguadores posteriores se muestran un poco más duros, pero sin llegar a ser bruscos, pues en tramos con asfalto más bacheado se mantuvieron firmes y en ningún momento llegaron a comprometer el confort de marcha.

Respecto a la frenada, nada que objetar, no es una moto exigente en este sentido, así que el conjunto propuesto por Honda y firmado por todo un especialista como Nissin se ganará nuestra confianza desde el primer momento.

Su sencillez sorprende

Técnicamente la Rebel es muy sencilla, aunque posiblemente esté ahí la clave de su buen funcionamiento. La mayor originalidad es el bastidor tubular de acero, un sencillo y exclusivo entramado que ha demostrado ser muy resistente por otro lado.

La otra particularidad de la Rebel es el motor, un twin paralelo de 481 cc con doble árbol de levas en culata, 8 válvulas e inyección electrónica, ya visto en la saga CB500. Por último, seguro que también te has fijado en los gruesos neumáticos Dunlop y, en especial, en el anterior de 130/90 y montado sobre una llanta de 16”, una combinación al más puro estilo Bobber.

Mostrar comentarios
Cargando siguiente contenido...