Foto: GPOne
Estos dos días en Jerez no resultaron nada positivos para los pocos pilotos que se desplazaron hasta el trazado andaluz, debido a las inclemencias del tiempo. Si en el primer día la lluvia fue intensa, en el segundo hizo su aparición de forma intermitente, pero sin dejar secar el asfalto.
No fue, pues, el escenario ideal para probar novedades, aunque allí se desplazó el equipo Honda con una nueva moto y con Stefan Bradl, siendo la única motogp presente.

Lo más destacable es el nuevo chasis, que recuerda un poco al de las Yamaha M1. También el basculante es de nueva factura, y el escape que sale bajo el colín es mucho más prominente que el que se vio el año pasado.
Aunque Bradl llegó a realizar más de 200 km en el mojado asfalto, posiblemente logrará sacar mejores conclusiones la semana que viene, cuando regrese a jerez, concretamente los días 25-26-27 de enero y luego los 11-12 de febrero, en otras pruebas privadas.
Al equipo japonés aún le queda la baza de trabajar en su aerodinámica, además de en el chasis.
Está claro que Honda está procurando hacer una moto ‘más amable’ y versátil para todos sus pilotos, de manera que todos ellos se sientan más cómodos (y con ello conseguir mejores resultados en global, algo de lo que ha carecido la marca esta pasada temporada). Los pilotos se habían quejado especialmente de la poca confianza que ofrece el tren delantero.
Seguramente la marca del ala dorada haya visto claro que jugárselo todo a una sola carta es muy peligroso.
Marc Márquez se encontrará una moto muy distinta cuando finalmente pueda regresar, aunque eso tampoco debería ser un gran problema para el de Cervera…
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