Honda CBR750RR, la superbike más deseada

Honda CBR750RR, la superbike más deseada

La saga CBR nacida a principios de los ochenta ha sido una de las más exitosas de la marca del ala dorada, sin duda, pero el verdadero objeto de deseo fue la Honda CBR750RR.

Las motos superdeportivas de alta cilindrada, las superbikes de 750 c.c. en aquel momento, eran lo más a mediados de los ochenta, con una oferta de modelos que iba in crescendo.

Suzuki con su GSX-R750 era la reina en 1985, dominando el mercado de las hiperdeportivas y sin rivales a la vista. Ninguna marca nipona le dio la réplica, ni Kawasaki, ni Yamaha, ni Honda.

Honda le respondió en 1987 con la carísima y exclusiva VFR750R, alias RC30, con motor V4 y una parte ciclo de competición, pero necesitaba algo menos exclusivo y más “mundano”, y que fuese más asequible.

La Honda CBR750RR fue un prototipo que la marca se guardó en la recámara por si acaso...

Una moto con motor de cuatro cilindros en línea transversal era la opción más universalmente asequible, y la marca de Tokio tenía una gran experiencia en esta arquitectura.

No en vano lanzó la saga CBR en 1983, comercializando solo para Japón la CBR 400, que poco más tarde se ofrecería también en versiones de 250 c.c., siempre tetracilíndricas en línea transversal.

Tardaría un poco más, pero, finalmente, Honda despertó -tarde- y lo hizo con paso firme y con acierto, ya que las CBR crecieron desde los 250 y 400 c.c. hasta los 600 y 1.000 c.c. para asaltar Europa y el resto del mundo.

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Desarrollada en paralelo con la RC30 en 1987 se lanzó la mítica CBR600F, que arrasó en todos los mercados gracias a su polivalencia y buenas prestaciones en carretera y circuito.

Pero no contenta solo con lanzar la 600, al mismo tiempo Honda desarrolló una tercera moto mucho más radical, más agresiva y destinada principalmente al circuito…

Y aquí entra en escena una moto totalmente desconocida, la Honda CBR750RR que, como habéis adivinado por su apellido, era una superbike deportiva en toda regla.

La marca del ala dorada desarrolló al mismo tiempo que la RC30 otra alternativa “por si acaso” hiciese falta algo más. Fue una bala en la recámara preparada para ser disparada.

Esta bestia de cuatro cilindros en línea transversal tomó el apellido RR de sus pequeñas 250 y 400 c.c. deportivas de carenado integral que se vendían en Japón.

Su estética derivaba de las terribles 400 superdeportivas del mercado nipón

Y como éstas heredó los semimanillares por debajo de la pletina, carenado integral con doble faro rectangular, posición de pilotaje deportiva y radical, colín de estilo monoplaza, y suspensiones y frenos de circuito.

El chasis de la Honda CBR750RR era un monolítico doble viga de aluminio muy parecido al de la Honda RC30, aunque el basculante no era monobrazo sino un doble brazo convencional pero con un tremendo refuerzo superior.

El equipo de frenos era también de circuito, con un par de discos delanteros de 320 mm mordidos por pinzas de cuatro pistones, apoyados por un disco trasero.

Las llantas de aleación de seis brazos y de 17” eran del mismo diseño que las de las ligerísimas NSR 250 y RC30.

El motor estaba derivado del de la CBR600, un tetracilíndrico en línea transversal -4T, LC, 16V, DOHC-, subido de cilindrada, y con un airbox alimentado por la presión del aire a alta velocidad, el DAI, Direct Air Intake, también heredado de la CBR600.

Tras el éxito de la RC30 decidieron que no tenía sentido lanzar otra 750 al mercado

Su potencia nunca se anunció, pero podría cifrarse entorno a los 110 CV sin problemas, y es que para la RC30 se declaraban 112 CV.

La Honda CBR750RR estaba a punto para lanzarse, pero teniendo en activo a la exitosa RC30, que arrasó en todos los circuitos y campeonatos en los que participó, no tenía sentido vender otra 750 que canibalizase las ventas y éxitos de la VFR750RR.

Así que tomaron esta 750 y volvieron a la mesa de diseño para radicalizar, aún más, esta idea… Un poco más de cilindrada, menos peso, ideas nuevas -como la llanta delantera de 16” y más potencia, fraguaron su siguiente revolución, la mítica Honda CBR900RR Fireblade.

Nunca pudimos disfrutar de esta tremenda CBR750RR ni de ninguna CBR tetracilíndrica de 750 c.c., pero por suerte fue el crisol de la todopoderosa Fireblade…

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