Honda CB650F: Clase media

Tranquilo, no vamos a extendernos en un tratado sobre sociología, pero sí que resulta interesante comprobar que la clase media tiene muchas dificultades y que también motos tan atractivas como esta CB650F van a tener que convencer con sus encantos, que no son pocos, que también merecen un espacio en nuestro mercado.

La nueva CB650F es una atractiva roadster que da que pensar. No deja de ser sorprendente que una moto con la inimitable imagen que Honda imprime a sus productos, un modelo cuyo Project Leader, Teishiro Goto, considera que “es una delicia mirarla”, esté fabricada en Tailandia.

Pese a que a mí me da la sensación de que está diseñada a medida del gusto europeo, no debemos olvidar unos datos dignos de reflexión. En Tailandia hay tres plantas de Honda, de donde salen casi dos millones de motocicletas al año. Pocas si consideramos que en Indonesia se fabrican 3,5 millones, que son más del millón de unidades que el gigante fabrica en Brasil.

Esta CB650F tiene todo el sabor de las roadster japonesas de los 70, pero con tecnología del siglo XXI; tiene su futuro asegurado en Asia, mientras que en Europa y concretamente en España y, pese a que estoy seguro de que es una moto interesante, las ventas no serán las de antaño. Cosas de la clase media.

En nuestro mercado y a un precio de 7.899€ a partir del mes de junio, será una especie de rara avis, puesto que no es el del estilo de la más espectacular Z800 de Kawasaki, tampoco se puede comparar a la más económica MT-07 de Yamaha y posiblemente la Street Triple de Triumph sea un poco más deportiva. Independientemente de que sea Thai, que no es desde luego ninguna deshonra, la verdad es que entre las reviradas carreteras de la provincia de Alicante demostró muy buenas maneras.

Integrada en la familia CB, la imagen de esta CB650F es agresiva y a su vez elegante, con el depósito de combustible más bien clásico, en contraste con las formas más afiladas de la carrocería y un colín cortito. La nueva CB650F, dotada de un tetracilindrico en línea transversal DOHC de 649 cc, se diseñó con la idea de dirigirse a un público joven y se comercializará una versión con 35 kW para motoristas con el carnet A2. Una de las claves de esta CB650F es que el propulsor se ha situado en una posición bastante adelantada gracias a la inclinación hacia delante de los cilindros a 30º, montado en un chasis en acero de doble viga con un buen nivel de acabados, una geometría equilibrada y el basculante en fundición de aluminio que sigue la línea del silencioso.

Parte del encanto de la imagen de esta integrante de la prestigiosa familia CB se debe, al margen del colector, a que el propulsor de carrera larga (67 x 46 mm) es muy compacto porque el filtro de aceite se ha colocado tras el motor, a la total ausencia de manguitos externos y a la ubicación de los cuerpos de inyección. El escape es un 4-2-1 y su aspecto es un guiño a la CB400F de los años 70.

El monoamortiguador trasero es regulable en precarga, pero no dispone de un pomo, por lo que tendremos que usar una herramienta, y por lo que respecta a la horquilla –con barras de 41 mm–, no es ajustable. Los discos de freno delanteros lobulados montan pinzas de doble pistón y tienen un diámetro de 320 mm; en España se comercializará con el sistema ABS de dos canales de serie.

En cuanto a la instrumentación, cumple. Con dos pantallas LCD, el cuentarrevoluciones tiene los dígitos pequeños y para acceder a la información hay que soltar la mano del manillar, pues no se accede a través de un pulsador situado en el manillar. Una curiosidad es que el interruptor de los intermitentes se sitúa por debajo del claxon, como en las últimas novedades de la marca: la NC, la Scoopy, etc.

Detalles como el piloto trasero y las luces de posición del faro delantero tipo led o las llantas doradas en la versión tricolor tipo HRC otorgan un punto de clase en una moto sencilla, aunque no barata, y que desde nuestro punto de vista debería de ser una buena alternativa para entrar en el universo del carnet A para aquellos que quieran disfrutar de una moto polivalente, puesto que es fácil de conducir en un ambiente urbano, además de ágil, divertida y compacta en carretera abierta. Los neumáticos de las unidades que probamos en Alicante eran unos Sportmax de Dunlop que nos dieron buenas sensaciones.

Siendo una moto sencilla, se conduce de forma muy fácil y fluida. Nos marcamos una larga sesión de dibujar curvas y más curvas y siempre me dio la sensación de que gira de forma natural, precisa y equilibrada, en el sentido de que va exactamente hacia donde diriges la vista. Entra con facilidad en las curvas lentas y rápidas, se muestra aplomada una vez dentro y, a la salida, en busca del ápice del viraje, no tiende a cerrarse ni tampoco a sacarte hacia el exterior.

Todo esto sucede desde un puesto de mandos racional y bien resuelto ergonómicamente. Es cómoda para un tipo de casi un metro ochenta y los brazos largos; la conjunción entre el asiento y el depósito de combustible es estrechita y eso facilita los movimientos. Las estriberas se sitúan en el punto exacto como para que las piernas no queden excesivamente flexionadas. Y, sorprendentemente, pese a ser una naked, en autovía la presión del aire frontal es menos notoria que en otras motos de su especie.

La horquilla delantera pisa bien y sin ser regulable, el set up me pareció apropiado y no tuve la impresión de un exagerado transfer de masas en las frenadas porque el motor se ha situado ligeramente adelantado, el centro de gravedad está en su sitio y la geometría es acertada. La suspensión trasera me pareció correcta, y si tengo que ponerle algún pero sería que es un poco seca, le falta algo de progresividad, pero eso no quiere decir que no funcione, porque cuando esta sensación se me hizo más evidente (badenes en una carretera rápida a un ritmo alegre...), la moto no se descoloca en ningún momento.

El motor de carrera larga tiene una muy buena capacidad pulmonar, con unos bajos y especialmente medios portentosos. Por debajo de las 2.000 rpm se puede abrir el puño de gas sea en la marcha que sea, y en tercera y cuarta velocidad, sin necesidad de pasar de las 6.000 rpm, en una franja que va desde las 3.500 rpm, la CB650F es divertida. El indicador del consumo de combustible me dio en nuestra ruta de 160 kilómetros una media 6,1 litros y se ajusta bastante a la realidad en el consumo que tuve oportunidad de verificar personalmente y que no llegó por poco a los 6 litros a los 100 kilómetros.

Tal vez no sea una moto muy excitante, pero con 87 CV a 11.000 rpm, unos medios portentosos y tal vez cierta falta de punch en la zona alta del cuentarrevoluciones, se presenta con parte ciclo equilibrada y es fácil de conducir.

En definitiva, me ha gustado esta CB650F tanto estéticamente como en comportamientoA España llegarán todas con ABS, en la versión tricolor, que con las llantas doradas es mi favorita, y completamente negra.

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