Honda CB 650 F vs Yamaha MT-07: Polivalencia y versatilidad

Polivalencia y versatilidad son dos de las palabras que mejor definen a nuestras invitadas de hoy, motos pensadas para ser usadas a diario, de mantenimiento económico, fáciles de conducir y capaces de afrontar todo tipo de desplaza­mientos con absoluta garantía de éxito. Hasta aquí, más o menos, es todo lo que tienen en común, porque dada la arquitectura de sus motores y diseño, y pese a pertenecer a la misma categoría e ir destinadas a un mismo público, las nuevas Honda CB 650 F y Yamaha MT-07 son motos radicalmente distintas.

En líneas generales, el concepto más conservador lo encontramos en la Honda, que nos ofrece una naked propulsada por un tetracilíndrico con un funcionamiento a medio camino entre una CBF 600 y una Hornet 600, ya que adopta la funcionalidad de la primera y el toque depor­tivo de la segunda; eso sí, sin buscar en ningún momento una respuesta muy radical para que se adapte fácilmente a todos los públicos.

En el otro extremo de la balanza encontramos la MT-07, con un estilo más atrevido e innovador, muy distinto a lo que nos suele ofrecer habitualmente Yamaha en esta categoría. Se trata de una moto ultracompacta, gracias, sobre todo, al bicilíndrico de 700 c.c. que le da vida, un propulsor de nueva factura lleno de par y caracterizado por adoptar la conocida filosofía Crossplane, que le otorga un carácter muy diferente y personal.

CARÁCTER PROPIO

En Honda han buscado unos resultados similares, aun­que al hacerlo a través de un tetracilíndrico reforzado con un incremento de cilindrada hasta los 649 c.c., al menos en medios y bajos, los resultados no han sido los mis­mos. Como buen cuatro cilindros, el motor de la CB 650 F tiene un carácter más puntiagudo que el de su opo­nente, aunque en ningún caso llega a serlo tanto como, por ejemplo, la Honda Hornet 600. En cuanto a par, con 63 Nm a 8.000 rpm está muy cerca de la Yamaha, pero cuando se trata de circular por carreteras muy reviradas con frenadas y aceleraciones muy fuertes y continuas, se nota que le cuesta estirar un poco más desde abajo. Para igualar un poco las cosas, deberemos jugar un poco más con el cambio, bajando marchas en algunas situaciones para encontrar el régimen de vueltas adecuado que, en su caso, es sobre las 6.000 rpm, donde comienza a sacar músculo y a desplegar su mayor potencia de 87 CV a 11.000 rpm.

Como cabría esperar, en tramos más rápidos con curvas de radio más amplio, el motor de la CB 650 F nos ofrece su mejor cara; con el cuentavueltas situado por encima de las 7.000 rpm es pura dinamita y su elasticidad le per­mite llegar hasta las 9.000 ó 10.000 rpm en un estupendo estado de forma. A estas alturas, el twin de la Yamaha ha perdido toda su ventaja, su potencia máxima de casi 75 CV la ofrece a 9.000 rpm, así que cuando el trazado nos per­mita ir con el acelerador abierto al máximo durante mucho tiempo y se exija un régimen muy alto del vueltas, estare­mos en desventaja frente al tetracilíndrico de la CB que es, particularmente, donde se encuentra más a gusto.

TAMAÑO MANEJABLE

Quizás uno de los mayores logros de nuestras invitadas es que han sabido compaginar de forma muy acertada unos motores de calidad y con una banda de utilización muy amplia, con unas partes ciclos que, si bien es cierto que no son especialmente llamativas en cuanto a la tecnología que aplican, sí que logran un comportamiento perfecto para este tipo de motos.

Ambas destacan por ser unas motos muy equilibradas, aunque gracias a la baza del motor bicilíndrico y, por tanto más ligero y pequeño, la MT-07 disfruta de una mayor ligereza y agilidad de movimientos. Comparativamente la Yamaha es bastante más pequeña y esbelta que la Honda, con un tamaño algo superior a esta última a pesar de que su motor no es especialmente grande para tratarse de un tetracilíndrico. Incluso en parado, la moto de Iwata se muestra más manejable, lo que viene de maravilla para go­zar de una estupenda movilidad urbana, al poder ratonear entre coches e incluso encontrar espacio para girar entre atascos un poco mejor que su rival.

Realmente no todo son ventajas para la Yamaha, ya que ser tan “minúscula” no la hace demasiado apta para usuarios con una estatura superior a la media, que se sentirán bas­tante encajonados en ella; con el manillar muy cerca y con las estriberas demasiado replegadas.

En general, aunque las dos tiene un confort de marcha muy digno, la CB se presenta como la más cómoda de las dos; su asiento, de una sola pieza, es más grande y está mejor mullido, y en lo que respecta al pasajero, también le ofrece un poco más de espacio y mejor sujeción con las asas.

CICLO A MEDIDA

Como ya hemos dicho, la partes ciclo no destacan por su espectacularidad precisamente, si nos fijamos en las suspensiones, por ejemplo, observaremos que las dos equipan unas horquillas telehidráulicas convencionales bastante simples, sin posibilidad de reglaje y con unas me­dias muy similares en ambas rivales, mientras que detrás optan igualmente por un solo amortiguador, regulables en precarga, aunque en el caso de la Yamaha, anclado al cha­sis mediante un complejo mecanismo de bieletas que le aporta un mejor tacto y algo más de progresividad a todo el eje posterior.

La concepción del chasis y el basculante también ha ido en cada caso por sendas muy diferentes; mientras que la CB se decanta por una formula más frecuente, con un delgado pero efectivo chasis doble viga y un basculante de fundi­ción de formas sinuosas, la MT-07 ha arriesgado un poco más. En Yamaha han confeccionado un entramado de tubos de diferentes grosores como bastidor y, como basculante, monta una preciosa estructura asimétrica realmente corta que le ayuda a contener su distancia entre ejes (es 50 mm más corta) y centralizar un poco más las masas. De hecho, tanto en Honda como en Yamaha, colocar el peso lo más centrado y lo más cercano al suelo que sea posible ha sido una verdadera obsesión en su fabricación, de ahí que en ambos casos, como veremos a continuación, gocemos de una estabilidad y facilidad de manejo tan buenas.

MÁXIMA SEGURIDAD

En lo que respecta a frenos,la MT-07 disfruta del conjunto más contundente y con mejor tacto. Obviamente la efecti­vidad es prácticamente la misma que la de su rival cuando entramos a valorar la capacidad de frenada de ambas en circunstancias normales, pero hay que reconocer que el mordiente de las pinzas radiales de cuatro pistones de la MT son determinantes cuando se les exige un rendimiento superior al habitual. Y es que la CB, pese a gozar de un buen conjunto, no tiene las prestaciones de su oponente en conducción deportiva, su eficacia está fuera de toda duda, pero carece de la rotundidad de la Yamaha en estas circunstancias. Por el contrario, la CB 650 F disfruta de la seguridad extra que le confiere su sofisticado ABS de dos vías que equipa de serie, una insuperable ventaja, sobre todo en circunstancias complicadas como bajo lluvia o sobre asfalto deslizante, que supone un plus a tener en cuenta de cara a una posible compra.

De hecho, pese a las diferencias, la igualdad entre nues­tras invitadas es tremenda. En una valoración general, las dos nos proponen argumentos muy convincentes, por lo que al final será más una cuestión de gusto y de presu­puesto lo que determinará hacia qué lado se decantará la balanza. Obviamente, si el dinero es el problema, la MT-07 tiene todas las de ganar. Su precio de 5.899 euros (6.599 euros en versión ABS) es, simplemente, insupera­ble. Pero si lo que queremos es disfrutar del suave tacto y característico funcionamiento de un tetracilíndrico y, además, no estamos dispuestos a renunciar al ABS de serie, quizás los 7.899 euros que hay que pagar por la CB 650 F no parezcan tantos. Al final, como siempre, tú de­cides, pero lo que está claro que en ambos casos harás una buena compra.

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