Harley Davidson Sportster 883 Iron

Inolvidable tema de Jarabe de Palo. Si naciste en la cara buena del mundo, puede que ésta no sea tu moto. Pero si naciste en la cara mala y quieres llevar la marca del lado oscuro, la negrísima Iron puede reflejar tu forma de ver la vida...Toda una Harley en negro mate por 100 euros al mes. Una leyenda urbana como la Sportster, ahora en versión Dark, por 8.600 euros.

Una moto cuya negritud impresiona: negro mate para el enorme propulsor bicilíndrico en versión 883 cc, que, a diferencia de la versión Evolution de 1986 con el bloque del motor en aluminio y el cambio de cuatro marchas, lleva la caja de cambios de cinco velocidades incorporada.

La transmisión secundaria es, desde 1992, por correa dentada.

Dark custom. Negro mate para el depósito de combustible tipo peanut (cacahuete). Negro mate para el guardabarros delantero, de nuevo diseño y aire deportivo, y para el trasero, recortado y con los intermitentes haciendo las funciones de un inexistente faro trasero. Las tapas laterales también se apuntan a esta fiesta del lado oscuro...

Se caracteriza por un manillar cortito, una horquilla delantera con un minimalista protector de goma y llantas con 13 palos de aluminio y un acabado pulido que entre tanto negro mate le otorga un punto brillante, sport, tecnológico...

El equipo de frenado, con dos discos de 292 mm, no es un ejemplo de efectividad, y se agradecería un segundo disco de freno que sí tienen otras versiones, lo que lógicamente encarecería el precio final de la Iron. En una conducción ligera, no voy a decir deportiva, se hace imprescindible apoyarse también con el freno trasero.

Lleva un asiento individual a sólo 735 mm del suelo; amortiguadores regulables en precarga, anclados en el basculante, de sección rectangular, que, al igual que la horquilla, se presenta en negro brillante.

La rueda delantera de 19”, que hace de la Iron una moto más manejable que otras versiones con rueda de 21”, contrasta con el espectacular zapato de 150 trasero, que le da cierto aire de dragster...

Sensaciones

La Iron te brinda la posibilidad de entrar en el mundo Harley a un precio razonable.

Y entrar en el mundo de Harley no significa necesariamente evocar películas como Easy Rider o Rumble Fish, film que aquí se tradujo como La ley de la calle, con un Mickey Rourke muy diferente al actualmente reformado que se enfrentaba sobre su Harley a la banda liderada por su hermano.

Al entrar en el mundo Harley me refiero a la sensación de conducir una Harley...

Asiento a pocos centímetros del suelo; pistonadas que se notan en el culo una a una, a través de el asiento individual; pies adelantados con unas estriberas plegables, que casi sobresalen tanto como el manillar; embrague de tacto más agradable del que recordaba en las motos de Milwaukee; cambio de marchas ruidoso y palanca de largo recorrido; manos elevadas; instrumentación limitada y un sonido inimitable...

La verdad es que la estética de la Iron (negra, negrísima) impone, pero en orden de marcha me ha sorprendido su generosidad a bajas vueltas, a pesar de su peso.

La inyección electrónica que algunos puristas maldicen funciona verdaderamente bien en esta 883, y la respuesta a bajas vueltas es realmente agradable.

Sin perder personalidad (vibra, pesa, el cambio es ruidoso...), la Iron es baja de vueltas, una moto amable cuya respuesta se agradece entre el tráfico urbano y también si te metes en alguna carretera revirada, donde a la salida de las curvas lentas sentirás las inimitables sensaciones de toda una moto nacida en Milwaukee.

No es una motocicleta para buscar sus límites, sino que ella misma te los pone con unas suspensiones de recorrido muy limitado y los avisadores de los estribos muy cerquita del suelo. A pesar de esta limitación y de una posición de conducción poco ortodoxa, el placer del tacto del motor, sus bajos, respuesta, incluso sus vibraciones, tienen su encanto...

En las largas distancias, desde mi punto de vista, no es realmente la falta de protección aerodinámica el motivo del cansancio, sino que los riñones serán los que te hagan suspirar por llegar hasta la próxima estación de servicio, puesto que la espalda adopta una posición muy poco natural.

La Iron se entrega sin estriberas ni asiento para el pasajero, pero está preparada para admitir un asiento opcional y montar estriberas para el acompañante, si es que quieres compartir tu viaje...

Con su consumo moderado de unos 6,2 litros a los 100 km no se llegan a cubrir 200 km sin poner gasolina en el depósito de combustible (negro, negrísimo), con su tapón sin llave. El diminuto chivato de reserva avisa cuando quedan menos de tres litros.

Si quieres entrar en el lado oscuro, la Iron te lo pone fácil. Su precio, acorde con la crisis.

La llamada

“Durante 31 años, cuando la calle ha hecho su llamada, la mejor respuesta ha sido siempre sobre una Harley-Davidson Sportster”.

Así anunciaba Harley-Davidson la nueva puesta en escena de su Sportster en el año 1988.

Sin duda, uno de los modelos más auténticos y emblemáticos de la casa, que nació en el año 1957 y ha sido la llave que ha abierto a miles de motoristas el mundo de Harley.

Comparada con otras familias de la marca, su manejabilidad, razonables medidas y precio asequible, además de su innegable estilo, han sido una fórmula ideal para que la Sportster se identifique con un amplio sector de público que va desde jóvenes que ven en ella un signo de rebeldía hasta un buen número de profesionales liberales como abogados, médicos, artistas, empresarios o periodistas que superan los 50 años y ven en la Sportster una forma de evasión, de ver pasar la vida al ritmo de las pistonadas del inimitable motor en V de la casa de Milwaukee.

En el año 1957 apareció en escena la primera Sportster, que equipaba un motor de 900 cc heredado de una versión de válvulas laterales, y se reeditó en 1985, con un notable éxito de público.

En 2004 llegaron los silentblocks, un chasis modificado, un basculante nuevo y, en el motor, nuevos cilindros, pistones y embrague.

Pero posiblemente el cambio más radical que ha vivido la Sportster llegó en 2007: la inyección electrónica, ¡adiós al mando del starter y al ya prácticamente olvidado grifo de gasolina...!

Y así, hasta el día de hoy, no sin antes apuntar que el pasado año una Sportster, concretamente la Nightster 1.200, fue el modelo más vendido en España.

La llamada sigue teniendo una gran respuesta, ¿no?

Solo +

Su estética impone.

Su sonido es toda una leyenda.

Es relativamente manejable, el tacto es genuinamente americano y su precio es una tentación para aquellos que quieran entrar en la familia Harley.

Solo -

El conjunto de frenos se queda un poco justo y tiene, en la parte ciclo, las limitaciones propias de las Harley.

CÓMO VA EN...

CIUDAD

No es manejable y no es práctica. El embrague es duro. El cambio, preciso, pero con mucho recorrido en la palanca. Su tacto motor tiene cierto encanto y el bajo centro de gravedad no la hacen (con un poco de práctica) una moto difícil...

CARRETERA

Lógicamente, no tiene ni suspensiones, ni geometrías ni frenos para ir deprisa. Su propia forma de ser pone sus límites. Lo suyo es pasear con la calma, sentir el azote del viento en el rostro y degustar una a una las pistonadas del bicilíndrico americano sin tener prisa.

AUTOPISTA

Sin ninguna protección, una posición de conducción nada aerodinámica y un nivel de vibraciones evidente, no es una moto a la que le guste la autopista. Su filosofía va en contra de los largos viajes, a no ser que no te importen ciertos sacrificios. No tiene espacio para el equipaje.

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