La caída de ventas de Harley-Davidson en los últimos dos años ha motivado el mayor cambio de filosofía de la personalísima marca norteamericana en toda su historia.
Consciente que su público de siempre, el de las grandes custom, va envejeciendo y de que las nuevas generaciones apuestan por motos más modernas y dinámicas ya hace más de un año que anunciaron nuevos modelos totalmente distintos a los actuales (entre ellos, una maxitrail y una streetfighter) para alcanzar a este público más joven y que quiere algo distinto de las Street 750. Recordemos que la LiveWire eléctrica empezará a distribuirse este mismo otoño.
Esta necesidad de abarcar una nueva generación de ‘harlistas’ vino secundada de las medidas proteccionistas tomadas por Donald Trump, que perjudicaban a la ‘Company’. Por si fuera poco, el controvertido presidente de EE.UU. animó a boicotear a Harley cuando ésta anunció que trasladaría parte de su producción al extranjero para reducir sus pérdidas.
Objetivo: Asia
De esta manera, se ha anunciado la asociación de la marca norteamericana con el gigante chino Qianjiang (actual propietario de Benelli), una enorme empresa que fabrica 1,2 millones de vehículos al año. Así y a partir de 2021, Harley-Davidson fabricará motos de pequeña cilindrada.
El nuevo modelo tendrá un motor bicilíndrico LC con una
cilindrada de 338 c.c. y estará diseñado por la propia Harley y con control de
calidad norteamericano.
Inicialmente, los nuevos modelos se venderán en China, para expandirse al resto del mercado asiático, sin que Matt Levatich, el CEO de Harley, haya confirmado su llegada a Europa.