GP Valencia: ¡Nosotros lo vimos por ti! Estuvimos en el backstage de Lorenzo y Márquez

Estoy muy cansado y a la vez estoy flotando, me costará poner en orden todo lo que hoy he visto y he vivido en Cheste, por eso os dejo las dos imágenes que resumen los anhelos, los desafíos, los miedos, y los sueños de los dos hombres que durante 18 Grandes Premios han dejado su vida en busca de renovar un título uno, y de firmar el récord del campeón más joven de la historia el otro.

Para todos vosotros, para los espectadores del Ricardo Tormo, el Mundial terminó inmediatamente después de la ceremonia del pódium. Ganó Lorenzo y el nuevo Campeón fue Márquez. Y todos vosotros os fuisteis para casa, pero a partir de ese momento en el paddock sucedieron cosas maravillosas y estrictamente privadas.

En el box de Repsol Honda a puerta cerrada, estallaron los sentimientos y explotaron las alegrías, tan ceñidamente asfixiadas durante todo el fin de semana.

Me siento muy feliz, porque yo estuve en representación vuestra en el backstage del Gran Premio.

El box de Repsol Honda se convirtió en un estudio improvisado donde fotógrafos, y actores, se confundían, donde las camisetas del nuevo campeón del mundo ya tenían propietarios, donde las lágrimas dulces corrían sin medida, donde hombres y mujeres se fundían en abrazos, sin dejar de pronunciar Marc, Marc, Marc…

La más besada, la que más besos dio, Roser la madre de Márquez. El campeón de los abrazos, Julià, el padre de Márquez. Y el rey de las sonrisas, del entusiasmo capaz de agradecer a todos lo mucho que les quiere y les debe Marc Márquez.

No me olvido del beso más especial, el de Emilio Alzamora y su esposa. No me perdí esa foto.

Luego en el motor home de Lorenzo continuó.

A menos de 100 metros de aquella algarabía, en el motor home de Jorge ocurrían otras cosas… Allí me dirigí, aún aturdido de tanta emoción, secándome las lágrimas probablemente propias y ajenas. En el box de Yamaha sensaciones encontradas y un protagonista único y adorado: Jorge Lorenzo. Él debía enfrentarse a la liturgia de la aceptación de un título que se perdió, finalmente por 4 puntos.

Al llegar al motor home de Jorge me encontré a Chicho, su padre, bajando las escaleras. Nos fundimos en un abrazo que duró una eternidad, y quedamente me dijo: “Está arriba y está muy bien, lo que ha hecho hoy me llena de orgullo y ha demostrado ser el mejor Jorge de su carrera deportiva. Te está esperando.”

En el motor home, nada recordaba el ambiente del Team Honda Repsol, una luz cálida y mucha distensión y relax. Le di un sentido abrazo a Jorge, y él me dio, y se lo agradezco en el alma, la camiseta que Yamaha ha hecho para él. Thank You Jorge.

Cuánto puede llegar a decir un simple “Gracias Jorge” firmado por Yamaha como el que figura en la camiseta.

Acababa de conseguir la segunda camiseta en apenas 100 metros. La del primer Mundial de Márquez, y la del agradecimiento de Yamaha a Lorenzo. Ambas descansarán siempre juntas.

No hizo falta preguntarle a Jorge acerca de la carrera, él me la explicó mientras lentamente consumía un plato de pasta: “He intentado hacer una carrera en grupo, Pedrosa ha intentado abrirla y yo no le he dejado. Esperaba que llegara Valentino y Crutchlow, por eso he marcado un ritmo lento de 32, pero ya vi que era inútil. Valentino no llegaba y Crutchlow se cayó. La vuelta 16 ya supe que el título era para Márquez. No tenía ningún sentido seguir jugando a hacer una carrera lenta, buscando no sé qué milagro. A partir de ese momento fui a ganarla. Y eso es todo”.

Wilco Zeelenberg intervino en la conversación y me dijo: “Jorge es único… ¿Dónde encontramos otro Jorge, Jaime?". Nos reímos y nos hicimos una foto juntos los tres, foto que comparto con vosotros. Me despedí, tardé menos de 10 minutos en llegar a mi coche, noche cerrada y del tumultuoso parking de aquel día en el que tan solo quedaba yo. Se evaporó uno de los días más brillantes del Circuito Ricardo Tormo de Cheste. Abrí la puerta de mi coche y escribí dos tweets. Así fue, así os lo he contado.

GP de Valencia · sábado 09/11/2013

Se querían, probablemente se seguirán queriendo, pero ayer se produjo el divorcio y hoy el despido.

Valentino ha querido hacer pública una súbita decisión que acaba con una relación de afecto y de éxito de 14 años.

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En la rueda de prensa se hicieron muchas preguntas, algunas valientes y muy incómodas para Rossi. Por ejemplo: ¿De quién es realmente la culpa de tu bajo rendimiento?. "Probablemente hay que repartirla", respondió Valentino.

Tengo por cierto que nadie se atrevió, por respeto, a preguntar la mayor: ¿Valentino, y si Burgess tiene razón y realmente es un milagro que vuelvas a ganar otro Mundial? Pero nadie hizo la pregunta.

En mi opinión lo que ha ocurrido esta tarde entre Valentino y Burgess en público, con luz y taquígrafos, es tan importante como el propio desenlace del Campeonato del Mundo de Moto GP y Moto3.

Esta es la noticia para generar debate entre los lectores de Solo Moto y en todas las Redes Sociales. El forofismo se puede sostener ad infinitum cuando se "acepta pulpo como animal de compañía".

Pero el respeto a un mito se sostiene con hechos probados, con victorias épicas, y con títulos.

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Hoy Valentino, al despedir a Burgess, se pone en el ojo del huracán, no para los que aceptan "pulpo como animal de compañía", aquellos que creen que pueden presumir de un Valentino desconocido peleando con Pol Espargaró, con Nicky Hayden, con Scott Redding, con Álvaro Bautista, y con Stefan Bradl, por una séptima u octava plaza. Pero no con aquellos que desean de verdad ver a Valentino ganando o guardado quieto y en permanencia, en el intocable Sagrario del mejor piloto de la historia.

¿Por qué Valentino ha matado al mensajero? ¿Por qué Valentino ha matado a Burgess? Sencillamente porque cree que puede volver a ganar con todos los héroes de 20 años en pista.

Pero esta vez, me temo que su decisión no sólo no le saldrá gratis, sino que tendrá consecuencias. Por eso doy tanta importancia emocional a la improvisada rueda de prensa de un Valentino cabizbajo y un Burgess tranquilo y resignado.

La lectura de esta información, producirá en los habituales de Solo Moto reacciones encontradas, pero quiero recordaros a todos que la victoria, la gloria y el boato tiene muchos padres, y la derrota no sólo es huerfana, sino que normalmente llega acompañada, cuando se tienen 35 años, de comentarios en el mejor de los casos jocosos.

¿Es consciente Valentino de lo mucho que se juega? Tengo la sensación de que sí.

Quisiera terminar mi manera de ver esta rueda de prensa, expresando mi deseo personal de que hoy viernes hubiera preferido un Valentino glorioso, enorme, magnífico, heroíco e inigualable, diciendo en una rueda de prensa presidida por él solo: "Adiós, mi carrera ha terminado, he sido un hombre afortunado por todo lo que me dieron las motos, y sobre todo, por el amor de tantos miles y miles de amigos."

GP de Valencia · viernes 08/11/2013

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Llegué ayer a Valencia.

Solo.

La final de este Mundial, merece para mí, el claustro de la atención y volver 40 años atrás cuando el campeonato del mundo representaba mucho más que un deporte, mis pilares profesionales embarcados en 8 letras: Solo Moto.

Esta sección que abro en la web será un mega tweet.

No tendrá 140 caracteres…tendrá mucho carácter.

Os juro que a lo largo de más de 40 años de Mundial podría envasar y vender las lágrimas que derramé en 2 productos: ácidas y dulces.

He visto y he vivido de todo.

La muerte de Santiago Herrero, el primer título de Ángel Nieto, el primer título de Sito Pons en dos y medio, la impresionante performance de Jorge Martínez Aspar poniendo el himno de Valencia en la FIM (el más hermoso de todos los himnos de España), la pavorosa caída de Alberto Puig en Le Mans, el largo y angustioso coma de Carlos Checa en Inglaterra; la muerte de Ricardo Tormo, amigo del alma, colega y rival; el primer título de Crivillé en 500, en un desafío humano para mí desconocido, debatiendo su coraje entre el miedo a morir y el deber de vencer… Como podéis imaginar este comentario es una pequeña muestra de lágrimas dulces y sentimientos muy ácidos, hay muchos más.

Pero hoy viernes 8 de octubre puedo ser testigo de la final del Mundial más dulce, más hermosa, más espectacular, más atípica, y sobre todo más nuestra que jamás hayamos visto; y es tan extraña y tan dulce, tan literariamente poética, que los dos hombres que van a decidir quién es el campeón no dejarán en el lance el sabor de la derrota. Y ambos, y esa será la foto del Gran Premio, compartirán casi por igual el sabor de la victoria.

El domingo, a las 3 menos cuarto de la tarde, paradójicamente se producirá un hecho insólito y jamás visto en ningún deporte universal: Habrá un vencedor… ¡Y ningún vencido!

Fin de la cita.

Seguiré en contacto con vosotros a lo largo del día.

Este largo tweet tomó vida esta mañana a las 8 desde la planta 16 de un hotel en Valencia, lo incluyo.

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