Cuando ayer Valentino Rossi se bajó del avión que le había llevado de Buenos Aires a Termas de Rio Hondo y vió la aglomeración que le esperaba ya en la sala de recogida de equipajes murmuró esto de “uf, no va a ser un fin de semana fácil”.
Ya en la salida del avión funcionarios del aeropuerto, policías y también viajeros del propio avión le pidieron hacerse fotos con él y autógrafos. Cuando llegó a la sala de recogida de equipajes el tema se disparó. Rossi, muy entrenado en estas lides, no dejó de posar con una sonrisa en la boca... La procesión iba por dentro.
Pero la locura se disparó del todo cuando Valentino salió a la calle. Cientos de personas se avalancharon sobre él obligando a la policía a sacarle a golpe de sirena del torbellino de gente que se había reunido a su alrededor.
El interés despertado en Argentina por la carrera del próximo fin de semana es realmente inaudito. Todos los hoteles de Termas y alrededores están a reventar. Se espera un afluencia de no menos de 60.000 espectadores a una ciudad con no más de 35.000 habitantes. Todo un reto para los organizadores del GP.