GGPP de leyenda: Hockenheim’91

Igual que Lawson tenía a Gardner o Sito a Garriga, Wayne Rainey había encontrado en Kevin Schwantz al piloto que se acabaría convirtiendo en su principal rival. Sus carreras deportivas habían estado vinculadas desde que ambos competían en el campeonato americano, pero sería en Europa donde los duelos Rainey/Schwantz alcanzaron su máxima dimensión.

En los años 80 se celebraba una serie de carreras conocidas como Trofeo Trasatlántico, en las que pilotos británicos y americanos competían por equipos en distintos circuitos británicos con atractivos premios en metálico como reclamo para atraer a los mejores. Fue en estas carreras en las que Steve Baker, Kenny Roberts, Freddie Spencer y, por supuesto, Kevin Schwantz y Wayne Rainey encontraron la manera de darse a conocer y de conseguir el contrato para correr el deseado Campeonato del Mundo de 500cc.

En el año 1986, Kevin ganaba el Trofeo Trasatlántico en su primera aparición en el continente europeo, y en tan sólo una carrera se ganó la admiración de toda una afición que vio en el piloto de Texas al sucesor de Spencer. Aquella victoria le abrió las puertas del Mundial. Un año más tarde, volvía a repetir victoria y se hacía nuevamente con el trofeo, ganando cuatro de las nueve mangas que se disputaron; las otras cinco se las llevaría un rubio de California con pinta de surfero llamado Wayne Rainey, al que se le escapó el trofeo por una de las mangas en lluvia, en la que quedó décimo. Pero para Rainey, a quien Honda le había negado su participación en el Mundial, su actuación en el Trasatlántico le sirvió para que Kenny Roberts lo llevara al año siguiente en su estructura con una Yamaha oficial.

Así es como la temporada 88 se convertiría en el comienzo de los duelos de los dos pilotos americanos en el Continental Circus. Ambos acabarían la temporada conquistando sus primeras victorias en GGPP, dos para Schwantz y una para Rainey, pero lo más importante es que habían presentado sus candidaturas al título para la temporada siguiente. En 1989, en su segunda temporada, Rainey peleó por el título hasta la última carrera, en la que finalmente un más experimentado Eddie Lawson certificaba su cuarto campeonato. Schwantz acabaría el campeonato como el piloto con más victorias, anotándose seis triunfos en un año marcado por las caídas y las roturas, que lo relegarían a la cuarta posición final.

La llegada de los años 90 comenzaba con la amenaza de Rainey. En un alarde de modestia, el piloto de Yamaha aseguraba que ese año ganaría todas las carreras. No sería así, pero sí que ganó con una autoridad aplastante un campeonato en el que Kevin Schwantz sería segundo. En 1991, al binomio intocable les iba a salir un duro contrincante, el australiano Michael Doohan, que había relegado como piloto n

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