Los que nos movemos habitualmente en motocicleta estamos desafortunadamente acostumbrados a tener que ir con extremo cuidado con el resto de usuarios de la carretera.
Seguramente todos vosotros os habréis encontrado pensando, o gritando, que estáis hartos de los coches, u otros vehículos, que invaden vuestro carril estando vosotros circulando, como si no estuvieseis allí.
De hecho, esas intromisiones son las causantes de gran parte de los accidentes en moto. Pues bien, un reciente estudio ha demostrado que eso se debe a un fallo en la memoria de los conductores, que lamentable se convierte en un peligro extra para los motoristas.
Si hasta ahora se creía que era un problema de falta de atención, un equipo de investigadores del Reino Unido, encabezado por el Dr. Peter Chapman, saca a la luz que realmente se trata de un fallo en la memoria.
No es que no nos vean porque no van atentos, sino que nos ven, pero al momento se olvidan de que estamos ahí.
La revista Plos One ha publicado los resultados del estudio y matizan que los experimentos se realizaron con un simulador de última generación que reproduce de forma fiel situaciones reales en carretera.
Según explica Chapman, “nuestro estudio está diseñado para buscar sesgos sistemáticos en la atención contra la memoria en diferentes tipos de vehículos. Aunque estos efectos aparecieron, el resultado más sorprendente no fue un sutil sesgo en la visión o la memoria, sino el hecho de que en algunos casos había una falta absoluta de recuerdo, especialmente cuando se trataba de motos que se aproximaban”.
Después de trabajar con más de 100 personas, vieron que un 15% de las veces los conductores no recordaban haber visto un vehículo por el retrovisor.
Lo peor es que también pudieron comprobar que era 5 veces más probable que se olvidaran de la presencia de una moto que de otro vehículo.
El equipo que trabajó en el estudio cree que la clave está
en aquello en lo que fijamos la atención antes y después de mirar por el retrovisor,
y la forma en que la memoria carga la información antes de mover el volante y actuar.
“La sorprendente falta de memoria podría ser exactamente el motivo por el que estos accidentes parecen tan misteriosos”, sentencia Chapman.