Experimentos de Honda raros, raros de narices... ¿Pero esto que es?

Experimentos de Honda raros, raros de narices... ¿Pero esto que es?

Lo bueno de ser un gigante de la moto es que te puedes permitir el lujo de cometer deslices y de comercializar experimentos sobre dos ruedas, que pueden funcionar o ser una simple anécdota que pasa sin pena ni gloria, como lo que hoy exponemos, cinco experimentos de Honda raros, raros de narices.

Honda FC50 Beat (1983)

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Pero ¿esto qué es? Un scooter con un frontal más propio de un automóvil, con un doble faro circular separado por una parrilla, realmente raro. Pero hay más porque ¿qué hace una cúpula derivabrisas transparente a la altura de las rodillas? Con llantas de 10”, frenos de tambor y una carrocería plástica, fue un scooter solo para Japón, por suerte.

Se movía gracias a un motor monocilíndrico de ciclo 2T, que incluía un curioso gadget. Se trata del sistema V-TACS -que se puede leer en sus laterales-, una válvula parcializadora del escape que no era automática, sino que era el propio piloto el que la accionaba con un pedal al pie cuando el motor giraba por encima de las 5.500 vueltas… Para rematar el bicho raro…

Honda Spacy 125 Striker (1983)

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Si eres fan de la ciencia ficción este scooter lo recordarás porque lo conducía Linda Hamilton al principio de la película Terminator. El conocido Spacy es un scooter urbano muy futurista, que podríamos bautizar como el primigenio scooter moderno japonés.

Y es que su faro escamoteable situado en la parte alta del escudo -como en los coches deportivos de alta gama-, su motor monocilíndrico de ciclo 4T refrigerado por líquido de 125 c.c. y 11 CV o su instrumentación digital por cristal líquido monocolor eran características muy avanzadas a su tiempo. Estamos hablando de hace casi cuarenta años…

Las pequeñas llantas eran de 10”, equipaba frenos de tambor, y con el trasero accionado por pedal.

Honda Motra (1982)

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Imagina un Jeep pero de dos ruedas, pues así es esta minimoto, robusta, a prueba de bombas, pensada para ir por cualquier terreno. De hecho, su decoración en ocre amarillento la asemeja a una maquinaria de obras de la firma Caterpillar.

Movida por el típico pequeño motor monocilíndrico de ciclo 4T de 90 c.c., tenía una caja de cambios de tres velocidades con una especie de reductora, para adaptarse a todos los terrenos. Solo se vendió en Japón y se fabricó durante un año en un reducido número de unidades.

Honda Road Fox (1984)

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Esto parece más un juguete o un buggy chopper que un triciclo serio… Su configuración con una pequeña rueda delantera de 10” y dos traseras de 6” con neumáticos gruesos, con un asiento tipo chopper, la dota de un aspecto de patinete infantil.

Además, los dos neumáticos traseros eran de perfil plano de coche mientras que el neumático delantero era de moto, porque, curiosamente, la parte delantera -todo excepto el basculante con el motor y las ruedas gemelas- basculaba e inclinaba como una moto, tal y como sucede con el Honda Gyro X.

Movido por un motor monocilíndrico de ciclo 4T de aire, solo estuvo en producción un año, y fue vendido solamente en Japón.

Honda Zook (1990)

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No cabe duda de que Honda inventó el patinete con motor de explosión hace ya treinta años. Y esto es lo que parece este Zook, con una minimalista carrocería plástica baja, con un manillar y un asiento elevados por sendos tubos, y que se plegaban para poder transportarlo en el maletero del coche.

Unas llantas de 10” con frenos de tambor, y un pequeño motor escondido bajo los plásticos de formas suaves -disponible en varios colores acid, rojo, verde, marfil, azul…- remataban un curioso scooter urbano de corte juvenil y desenfadado. Estuvo en producción solo en 1990.

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