El pasado 26 de enero, Suzuki Motor Corporation anunció su estrategia de crecimiento para el año fiscal 2030. Entre sus objetivos la marca nipona pretende operar bajo el principio de fabricación "Sho-Sho-Kei-Tan (más pequeño, menos, más ligero, más corto, belleza)" y sobre un esquema de “lean management” (gestión eficiente), que enfatiza la flexibilidad, la agilidad y se centra en la practicidad y las situaciones reales.
Para el año fiscal 2030, Suzuki pretende alcanzar una sociedad neutral en carbono y contribuir al crecimiento económico de países emergentes como India, ASEAN (Tailandia, Indonesia, Malasia, Singapur y Filipinas) y África, con sus principales regiones comerciales - Japón, India y Europa - como eje central.
Para alcanzar este objetivo la marca japonesa se centrará en desarrollar soluciones exclusivas y crear productos y servicios centrados en el cliente.
Por ejemplo, y en función de la fecha establecida por cada gobierno, Suzuki tiene como objetivo lograr la neutralidad de carbono en Japón y Europa para 2050 y en India para 2070.
Estos proyectos contemplan sin lugar a duda a la motocicleta, segmento para el que la marca nipona tiene planes muy específicos. Para las motocicletas pequeñas y medianas, las más utilizadas en el transporte diario, acudir trabajo, a la escuela o realizar compras, presentarán un vehículo eléctrico con batería en 2024.
No sólo eléctricas, también motores de explosión en la estrategia de crecimiento de Suzuki
Más a largo plazo, Suzuki planea lanzar 8 modelos para el año fiscal 2030 con una relación en la que los modelos eléctricos impulsados por batería supondrán un 25 %. Sin embargo, en el caso de las motocicletas de mayor tamaño y prestaciones, mayormente empleadas con fines de ocio, están considerando adoptar combustibles neutros en carbono. Modelos que seguirían la estela de las últimas creaciones de la marca, como la GSX-8S o la V-Strom 800DE.
Esta política se extenderá no sólo al producto final, si no que Suzuki persigue lograr la neutralidad de carbono de las plantas de producción domésticas en 2035.
Para lograr esa meta, la firma está fomentando la creación de lo que ha dado en llamar Suzuki Smart Factory, con un diseño de cómo debería ser la fabricación en 2030. La idea consiste en combinar el principio de fabricación de Suzuki "Sho-Sho-Kei-Tan-Bi" con la digitalización. De ese modo se optimizará, minimizará y simplificará el flujo de datos, materias y energía.
En la planta de Hamamatsu - el centro de producción de motocicletas - se comenzará mediante la reducción del uso de energía y la conversión a energía renovable, incluida la expansión de las instalaciones de generación de energía solar. Esta planta tiene como objetivo lograr la neutralidad de carbono en 2027, antes de su objetivo inicial de 2030.
Naturalmente tan ambicioso objetivo requiere una importante financiación y para eso Suzuki invertirá 2 billones de yenes en gastos de I+D y 2,5 billones más en gastos de capital. un total de 4,5 billones de yenes para el año fiscal 2030. De los 4,5 billones de yenes, 2 billones de yenes serán inversiones relacionadas con la electrificación, de los cuales 500 000 millones serán inversiones relacionadas con las baterías.