El máximo directivo de Ducati, Claudio Domenicali, es conocido históricamente por haber hecho declaraciones sobre los pilotos de la marca boloñesa que han generado, como poco, malestar entre las filas de Ducati.
Domenicali fue el artífice de la marcha de Jorge Lorenzo a Honda al poco de empezar la temporada 2018, la segunda del español con Ducati. Fichado por deseo expreso de Gigi Dall’Igna, que había trabajado años antes con el mallorquín en Aprilia, en 2017 el fino y preciso Jorge se encontró con una Desmosedici difícil de manejar. Jorge logró adaptar la moto a su estilo (y él, a su vez, adaptarse a la Ducati) y ya consiguió podios en su primera temporada.
En 2018 y con el cambio de moto a Lorenzo le costó algunas carreras adaptarse a la nueva Ducati. La cúpula de la marca le dio como fecha límite el GP de Italia para obtener resultados, pero Claudio Domenicali ya dio a entender en Francia, una carrera antes de la de Mugello, que no contaba con Lorenzo, y que Petrucci sería un buen candidato a ocupar su lugar.
Lógicamente molesto, Lorenzo movió ficha y habló con Alberto Puig, llegando a un acuerdo de inmediato. Jorge ganó en Mugello y entonces Paolo Ciabatti se acercó al mánager de Lorenzo, Albert Valera, diciéndole que «Hemos estado esperando hasta aquí, como habíamos acordado. Ahora podemos hablar», pero Valera le contestó que «Ahora ya es demasiado tarde».
Jorge se llevó también la victoria en el siguiente GP, el de Catalunya, y volvió a hacerlo en casa de Ducati, en Misano. Gigi Dall’Igna estaba francamente disgustado por la decisión tomada desde más arriba y seguramente Claudio Domenicali se daba cabezazos en la pared.
Fomentando la guerra
Este año las aguas vuelven a estar movidas en la fabrica de Borgo Panigale. Hasta ocho pilotos, en cuatro equipos diferentes, tiene la marca italiana, con jóvenes que tienen ganas de demostrar su valía, algo que evidentemente puede ser difícil de gestionar, pero que en Ducati parecen querer complicar todavía más.
Si ‘Pecco’ Bagnaia es el piloto nº 1 de Ducati de manera -por el momento- incuestionable, del resto no puede decirse lo mismo. Defenestrado un escudero que ha demostrado ser fiel, como es Jack Miller, el equipo rojo ha generado una lucha por su sucesión entre el que parecía ser el candidato inicialmente más firme, Jorge Martín, y el que este año ha eclosionado, Enea Bastianini, que ha logrado tres victorias.
Sabiéndose en desventaja frente al italiano, Martín lo dio todo en el GP de Austria, en el que debería decidirse cuál de los dos acompañaría a Bagnaia en el equipo oficial Ducati de 2023. Enea y Jorge se adelantaron varias veces y el español se fue al suelo en la última vuelta al intentar ganar el podio a Miller.
Tanto el australiano como el italiano criticaron la agresividad del de Pramac (Enea dijo que el primer adelantamiento de Jorge había sido «estúpido»), comprensible por la importancia de conseguir un buen resultado en la que era su última oportunidad. Finalmente se anunció que Bastianini era el elegido, aunque posiblemente la decisión estaba tomada ya antes de la carrera.

Pero no hay que obviar el hecho de que todos estos chicos son muy jóvenes y lo que quieren, más que nada en el mundo, es ganar carreras. Corren en equipos distintos y tienen sus propios intereses.
Ya sabiendo que en 2023 serán compañeros de equipo, en Misano Bastianini le estuvo disputando la victoria a Bagnaia hasta la misma línea de meta, con una delicada apurada de frenada en la última curva que pudo acabar con ambos pilotos en el suelo.
Cada uno a lo suyo
Carlo Pernat, mánager de Bastianini, dijo que su representado sólo tenía en mente la victoria y que en ningún momento había pensado en hacer equipo, porque, de hecho, aún militan en distintas escuderías.
A Claudio Domenicali no le gustó lo que vio en la carrera y no dudó en manifestarlo por televisión al finalizar la misma:
“Hablamos con nuestros chicos antes de Misano. Saben que no deben ser agresivos entre ellos”, dijo el CEO de Ducati tras la carrera de Misano. “Creo que Enea estuvo bien hasta la última vuelta. Pero la frenada de la última vuelta fue innecesaria, porque corrió muchos riesgos. Eso no nos gustó”.
Bastianini desmintió que hubiese alguna estrategia de marca:
“Yo quería ganar. No había ninguna estrategia con Ducati”, replicó el del Ducati Gresini.
Incluso el vencedor de la carrera y candidato al título estuvo de acuerdo con Enea: “Di la vida por ganar, pero no pienso en el Mundial. Lo haré cuando esté a 5 o 10 puntos”, contó ‘Pecco’ Bagnaia, que vio como algo normal el ataque de Bastianini: “Las órdenes de equipo no tienen sentido. Bastianini podía atacarme”.
El año que viene habrá dos gallos en el mismo gallinero, ‘Pecco’ y Enea, y otro más en un equipo satélite -pero con moto de fábrica-, Jorge. Más allá, el dos veces campeón del mundo, Álex Márquez (que con 26 años también es joven), querrá demostrar lo bueno que es sobre la Ducati de Gresini, así como su compañero, Fabio de Giannantonio. En el Mooney VR46 lo mismo sucederá con Marini y Bezzecchi.
¿Estrategia de equipo, Claudio? La única estrategia que cada uno de estos ocho gallos de Ducati tendrá en mente en 2023 será derrotar a los otros siete.
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