Enfrentamos dos gran turismo low cost: Daelim S3 250 FI Advance vs. TGB Xmotion 300 EFI

Ya estamos hartos de la crisis y de tanto hablar sobre ella, en algún momento habrá que comenzar a recuperar la tranquilidad, y qué mejor manera para alguien aficionado a los scooters como nosotros que darse una alegría para el veranito haciéndonos con un nuevo scooter. Un punto de vista positivo de la situación económica actual es que, por un precio razonable, podemos hacernos con los servicios de un scooter, como se suele decir, bueno, bonito y barato. Además no tendremos que conformarnos con un simple 125 c.c.; si nuestro carnet nos lo permite, podremos encontrar gangas muy interesantes, con precios, prestaciones y equipamiento que nada tienen que envidiar a los modelos más exclusivos.

¡Vaya par!

Hoy os presentamos dos modelos que pueden ser perfectamente catalogados como scooters anticrisis. Por algo más de 3.000 euros -el precio de muchos 125 c.c. de gama alta- tendremos a nuestro alcance dos gran turismo de 250 y 300 c.c. capaces de satisfacer todas nuestras necesidades, no sólo en el ámbito urbano, sino que además podremos comenzar a plantearnos desplazamientos de mayor recorrido con confianza y tranquilidad.

El principal referente de este comparativo es el nuevo Daelim S3 250 FI, basado en su hermano del octavo de litro, pero convenientemente modificado para dar cobijo a la nueva mecánica de 250 c.c. de fabricación propia, un modelo que ya desde su hermano mayor dejó a más de uno con la boca abierta por su nutrido equipamiento y calidad de fabricación.

Frente a él, posiblemente uno de los GT de categoría media con una mejor relación calidad-precio, con un funcionamiento sorprendente y, en especial, con una capacidad de carga excelente.

Para comenzar nos fijaremos en su diseño, caracterizado por sus compactas dimensiones a pesar de estar englobados en la categoría GT, pero que han sabido conservar lo necesario para ofrecernos un confort de marcha considerable, sin penalizar su facilidad de movimientos en ciudad.

Estéticamente el Daelim nos ofrece la fórmula más actual, con un diseño rectilíneo y anguloso, con un frontal muy espectacular gracias al llamativo grupo óptico anterior y unos cuartos traseros que culminan en un enorme piloto posterior formado completamente de leds.

El TGB es menos atrevido, en cuanto a imagen se trata de un modelo más veterano y, aunque echa mano de la simplicidad de formas y un diseño de cierta frescura, no puede competir, a nuestro modo de ver, con la espectacularidad del S3.

Confortables

Aunque aparentemente en tamaño son muy similares, en cuanto a la posición de conducción ambos optan por alternativas muy distintas. El S3 se decanta por una postura más turística para el conductor, con una asiento situado a menor altura del suelo (775 mm), un manillar de dos alturas bien diferenciadas que nos permite acomodarnos mejor en el generoso apoyo lumbar del asiento y una plataforma un poco estrecha, en la que, si lo deseamos, podremos estirar exageradamente las piernas.

El Xmotion es más tradicional en este aspecto, se parece mucho a un scooter urbano con una posición más a la defensiva. Para comenzar, el manillar es plano, lo que invita a inclinar el cuerpo hacia delante; su asiento, muy grande y cómodo -con un apoyo lumbar más discreto-, está algo más alto y dificulta un poco más el apoyo de las dos piernas en el suelo y, por último, hacia delante. A pesar de las diferencias, el nivel de confort es bueno en los dos, por lo que será una cuestión de preferencias de los futuros propietarios lo que determine cuál de los dos es el mejor en este sentido.

En lo que sí estaremos de acuerdo es en que el respaldo acolchado equipado de serie por el S3 es un factor determinante para otorgarle la mejor posición del pasajero, aunque en cuanto a dimensiones y mullido, ambos asientos son muy parecidos; la posibilidad de apoyarnos en él y no tener que utilizar las manos para sujetarnos lo hacen realmente cómodo.

La protección aerodinámica en los dos también es muy similar, los parabrisas no son especialmente grandes, aunque tapan bien zonas como el pecho, dejan un poco descubiertos los hombros y, sobre todo, la parte alta del casco. En cuanto a los escudos, el del Xmotion es un poco más amplio, lo que le vale para garantizar una mejor protección de piernas y cadera, que, en el S3, quedan algo más expuestas.

¡Acción!

Posiblemente uno de los aspectos que más sorprenda de scooters como nuestros invitados sea su comportamiento dinámico. Hay muchos usuarios, la gran mayoría de ellos con el coco comido por las grandes marcas, que se niegan a dar una oportunidad a otros scooters que no pertenezcan a marcas de primera línea, pero últimamente ése puede ser un tremendo error. Existen fabricantes como los de hoy que gozan de un alto nivel técnico y tienen una muy buena proyección mundial, aunque todavía no han alcanzado las cotas de popularidad de fabricantes más consagrados. Esto puede ser toda una ventaja, pues por el momento ofrecen sus productos con una excelente calidad a precios muy razonables, lo que se convierte en una clara ocasión que no podemos dejar escapar, sobre todo si no estamos dispuestos a desembolsar las cantidades que muchas firmas elitistas nos exigen.

Cada uno a su manera, esgrimen un comportamiento impecable. Por un lado tenemos el Xmotion, un scooter que, como ya sabíamos de pruebas anteriores, se muestra sumamente estable, con un chasis muy robusto y un apartado de suspensiones confortable. Su punto más delicado es a poca velocidad, donde su dirección se muestra un poco lenta, y en giros cerrados tiende a cerrarse. Pero a medida que ganamos velocidad la cosa cambia, incrementa su agilidad y, aunque a veces da la sensación de ser un poco “tentetieso”, la seguridad que aporta en la trazada es total.

El S3 tres nos propone un pack más ligero, incluso en parado se nota más liviano ya sea en marcha o en parado y cuesta un poco menos de mover; además, como es un poco más bajo se llega mejor y facilita un poco más las maniobras a baja velocidad. Al contrario que en su hermano de 125 c.c., su chasis se ha reforzado excelentemente (en la parte central) para esta versión mayor, lo que contribuye de forma notable en su comportamiento y ha hecho posible que las suspensiones mejoren en su respuesta. Al mismo tiempo mantiene un mejor equilibrio entre ambos trenes, su dirección es más ágil y se muestra un poco mejor a la hora de pasar y girar entre coches. A medida que aumentamos la velocidad, su estabilidad va en aumento y, aunque no demuestra el aplomo de su rival, sí que es mucho más rápido y fácil de meter en curva.

Plus de seguridad

En general el TGB cuenta con una parte ciclo muy competitiva, aunque debido a la veteranía de su diseño, se ve, en algunas ocasiones, superado por la mayor novedad del Daelim. Uno de los aspectos más evidentes es en la frenada, donde el S3 se muestra realmente competitivo incluso enfrentándolo a modelos más caros y, en teoría, superiores tecnológicamente.

La verdad es que al scooter coreano no le falta de nada, sus discos de 240 y 220 mm con pinzas de cuatro pistones delante y dos atrás tienen una potencia magnífica y, aunque sus levas tengan un tacto un poco más duro y menor recorrido que las de su rival hoy, no es problema para que sus frenos nos obsequien con un poder de retención sorprendente. Además, para rizar el rizo, Daelim lo ha dotado, como ya es costumbre, de un mecanismo de frenada combinada con el que podremos aprovechar al máximo sus prestaciones sin ser unos grandes expertos en conducción sobre dos ruedas.

El Xmotion no guarda secreto alguno, se basa en lo de costumbre, un disco en cada eje -260 mm delante y 220 mm detrás-, cada uno de ellos acompañado por una pinza de dos pistones paralelos; en conclusión, el mismo material heredado de la versión 250 c.c. de la que procede. Como en su caso, la capacidad de frenada de todo el sistema es buena, puede que no tenga la inmediatez de respuesta del S3, pero por poco que nos acostumbremos a su tacto, observaremos que goza de una buena potencia, especialmente en el tren anterior.

Buen nivel

Sea como sea, ambos modelos están prácticamente obligados a tener un apartado de frenada de calidad, aunque sus motores no son de los más poderosos de la categoría, cuentan con una potencia considerable y las prestaciones que son capaces de ofrecer son dignas de tener en cuenta. El motor del Daelim es de nueva generación y de fabricación propia. Se trata de un monocilíndrico 4T LC DOHC 4V inyectado que, según la marca, desarrolla una potencia de 25 CV. Por su parte, TGB continúa confiando en una firma con la solvencia de Sym para que le suministre los motores de sus Xmotion, aunque tiene unas especificaciones similares y unos pocos centímetros cúbicos más que el propulsor del S3. El motor del TGB es un poco menos potente -23.37 CV-, algo que no se aprecia sobre el terreno, pues su capacidad de repuesta resultó ser algo mejor en el campo de batalla.

El Xmotion es algo más rápido acelerando, el largo desarrollo final del Daelim le hace penalizar en este aspecto, siendo un poco más lento en los primeros metros, aunque, llegados los 100 ó 200 metros de aceleración logra parar un poco el golpe.

El S3 utiliza la potencia al final del régimen de vueltas, donde con el peso lanzado hace un último esfuerzo para mantenerse a estela del TGB; puede que al coreano le falte algo de brío para competir en aceleraciones y recuperaciones con el taiwanés, pero de todos modos defiende con dignidad los colores de la marca y, especialmente, alcanza una velocidad punta muy destacable para un dos y medio.

En cuanto a consumos la igualdad es máxima, unas pocas décimas separan al uno del otro -los dos superan la media de los 4 litros a los 100 km-, lo que no está mal para unas mecánicas de sus cilindradas y, sobre todo, teniendo en cuenta que gracias a sus buenas respuestas, resulta fácil salir de los semáforos con el gas a tope, con el consecuente consumo de gasolina que ello significa. A pesar de todo, el Daelim aún tiene un as en la manga; no es otro que su depósito de 12,7 litros de capacidad. Gracias a él puede garantizarnos una autonomía bastante superior al TGB que, con casi dos litros menos, no logra superar los 300 km con un solo depósito. Esto nos obligará a pasar más a menudo por la gasolinera, una acción que, como muchos estaremos de acuerdo, es un tanto molesta...

Al pie del cañon

La verdad es que nuestros invitados, como el resto de los scooters, han sido concebidos para hacernos la vida más fácil, de ahí que uno de los argumentos a la hora de comprarse un scooter sea su funcionalidad. Obviamente, los dos participantes llegan preparados con todo lo necesario, aunque todo sea dicho, el Daelim es especialmente interesante en este aspecto.

Uno de los elementos que más nos gustó fue el sistema Smart-key sin llave, comodísimo y muy seguro, ya que no necesitas andar quitando y poniendo la llave, simplemente nos ponemos el mando en el bolsillo y su sistema de proximidad bloquea y desbloquea electrónicamente el scooter al detectarlo.

Los dos son unos portentosos en lo que a capacidad de carga se refiere, poseen cofres muy capaces, pero en este sentido el TGB es un triunfador nato, y no sólo porque su cofre sea capaz de dar cabida a dos integrales -cosa que el Daelim no-, sino por su diseño diáfano, que nos dejará guardar objetos alargados con facilidad.

Sea como sea nos encontramos ante dos magníficas alternativas ante la actual crisis, dos opciones con excelentes precios y una fiabilidad a prueba de bombas. Si eres de los que no se deja influenciar por las marcas y sólo buscas las máximas ventajas en movilidad a un precio razonable, quizás uno de nuestros invitados sea lo que estás buscando...

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