En Escocia convierten una recta... en una sucesión de ¡¡curvas!!

La pequeña localidad de Stirling, en Escocia, cuenta con una larga carretera, la A811, que la cruza. En ella el límite de velocidad es de 30 millas por hora (lo que equivale a casi 50 km/h). Pero la comodidad de la vía por sus largas rectas hace que a menudo sus usuarios superen esa velocidad cuando circulan por ella. Pues bien, las autoridades locales han decidido modificar la línea que separa los dos sentidos de la marcha para que discurra en zig-zag, creando la ilusión óptica de que la vía tiene curvas cuando en realidad no las tiene. Parches de pintura en los laterales completan y refuerzan la ilusión, que es más eficaz de noche.

Y es que según un estudio llevado a cabo en la Universidad de Leeds, las marcas curvas en el asfalto contribuyen a reducir la velocidad más incluso que las señales verticales o que reducir la anchura de la vía.

Esta no es la primera iniciativa de estas características puesta en marcha en el Reino Unido. Sin ir más lejos, el Departamento de Transporte del Ayuntamiento de Londres inició en septiembre un programa piloto para reducir la velocidad de una calle, pintando unas marcas viales que produce el efecto visual de un badén a los conductores que no circulen a menos de 20 millas por hora (unos 32 km/h). Este proyecto durará 18 meses y tiene como objetivo lograr el mismo objetivo que un resalto en la calzada, pero ahorrar sus inconvenientes: el ruido, el consumo de combustible, la contaminación, etc. Este sistema permite, además, que los vehículos de emergencia puedan circular a velocidad, sin el inconveniente de tener que frenar ante un resalto en la calzada.

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