Aprovechando el cambio a la normativa Euro 4, Suzuki ha decidido dar un giro radical en la filosofía del nuevo Burgman pasando de ser un GT confortable y bonachón, a un megascooter sport turismo que centra casi todos sus esfuerzos en el apartado dinámico.
Ahora estamos ante un Burgman mucho mejor, su diseño es moderno y atrevido, llega muy bien equipado -aunque pierde capacidad en su hueco bajo el asiento-, y dinámicamente ha mejorado enormemente.
La posición es más natural, vamos más elevados e inclinados hacia adelante para favorecer el control y aprovechar sin limitaciones las muchas ventajas de su conducción.
La clave de su mejor comportamiento se encuentra en la nueva llanta delantera de 15" y en los revisados reglajes de las suspensiones; gracias a todos ellos el Burgman ataca las curvas sin vacilar y, una vez dentro, el tren delantero demuestra un aplomo y estabilidad intachables.
Todo ello no repercute en absoluto ni en la comodidad ni en su forma de trabajar; la buena puesta a punto de las suspensiones ofrece comodidad y estabilidad.
En cuanto al motor funciona con la misma finura y suavidad de siempre, no ha ganado en potencia pero si en par, ya que parece responder mucho mejor en bajos y medios.
El nuevo Suzuki Burgman 400i ABS puede que haya perdido un poco del señorío de las primeras versiones, pero nos gusta esta nueva faceta con tintes más deportivos y, sobre todo, poder disfrutar de una faceta interurbana cien por cien real.
Mejor dinamismo, estética más agradable, más par motor y un equipamiento algo menor es lo que ofrece el Suzuki Burgman 400i ABS de 2018, a un ajustado precio de 7.799 euros.