El sharing de Silence llega a la Costa Brava

El sharing de Silence llega a la Costa Brava

Este jueves arranca en la localidad gerundense de Blanes (La Selva) Silence Costa Brava, el servicio de motosharing que aspira a mejorar la movilidad de la zona para hacerla más sostenible.

Desde 2021, Silence ya dispone de una flota de motocicletas eléctricas con la que ofrece un servicio de movilidad urbana sostenible en Girona, la capital de la provincia, del mismo modo que ya lo tenía en localidades como Barcelona (con dos operadores: SeatMO y Acciona), MadridValencia Roma.

El servicio de alquiler de motocicletas eléctricas fabricadas por la compañía catalana permite al cliente desplazarse de manera sostenible, reservando el servicio y pagando desde su teléfono por cada trayecto. Y ahora extiende sus prestaciones a partir de esta Semana Santa hasta esta localidad vacacional donde la población se multiplica exponencialmente al llegar a esta época del año.

Tras la iniciativa en Blanes, Silence Costa Brava tiene previsto expandirse hacia otras localidades del litoral gerundense con una gran tradición turística donde el sistema de la moto compartida puede tener una gran acogida, y más desde el enfoque de la movilidad sostenible que permite la utilización de una moto eléctrica.

De momento, el sistema contará con 25 unidades en Blanes, pero en función de la demanda este parque ser irá ampliando, como sucedió en Girona, donde arrancaron con la misma cantidad de vehículos hace dos años y ahora el objetivo es completar un parque con 100 unidades.

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¿Cómo funciona el sharing de Silence?

Los clientes que así lo deseen, solo tienen que descargarse la aplicación Silence Connected en su smartphone.

Una vez instalada, deberán registrarse en la misma para realizar, entre otros pasos, la validación de su carnet de conducir, un paso que sólo debe realizarse en el momento de ingresar en la aplicación por primera vez.

Las Silence se pueden utilizar con carnet de moto (de cualquier categoría, excepto la de ciclomotor) o con el permiso B (coche), siempre que el conductor tenga más de tres años de antigüedad.

Al cabo de un breve periodo de tiempo, una vez validado el permiso de conducir por Silence, el cliente ya quedará registrado y podrá reservar la moto que más le convenga

En la pantalla de su móvil aparecerán las unidades más cercanas y también el estado de carga de la batería. Una vez reservada la moto, ya no podrá usarla ningún otro usuario, y este dispondrá de un cuarto de hora para ir a buscarla donde esté aparcada.

La apertura del cofre -donde encontrará dos cascos- y la puesta en marcha de la moto se realizan desde la propia aplicación. que sirve de llave durante toda la operación.

El servicio cuesta 27 céntimos por minuto cuando la moto está circulando, pero cuando su usuario la pare para hacer la gestión que corresponda y hasta que vuelva a encenderla, el precio se reducirá a 7 céntimos.

Cuando el cliente termina el recorrido, solo debe volver a la aplicación, dejar los cascos y finalizar el viaje. En la pantalla de su smartphone aparecerá el precio del servicio.

En el caso de la ciudad de Girona, una capital de tamaño medio, cruzarla de extremo a extremo puede tener un coste aproximado de unos dos euros.  

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