Miguel José Catalá Albors es el encargado de esta nueva patente que puede llegar a salvar vidas. Muchos son los accidentes que vemos con motos implicadas, ya sea porque no las ven o porque el motorista no ve correctamente lo que hay detrás. Gracias a Catalá, esto se puede solucionar o, si más no, puede ser el inicio para fabricar retrovisores nuevos.
La idea de Catalá nació después de ver que los espejos de la moto no cumplían con la función deseada. "Soy motorista desde los catorce años. Cuando iba a almorzar con los compañeros de una peña motera, me di cuenta que los espejos no cumplían su función. Investigué y vi que los fabricantes ponen el espejo más barato posible para pasar las homologaciones, pero que en la práctica no servían para nada".
Seguramente os preguntáis como está diseñado este retrovisor. Muy sencillo, Catalá ha decidido dotar al retrovisor de dos espejos; uno fijo para ver que hay detrás y el otro oblicuo que proporciona la información de lo que sucede a derecha o izquierda. De este modo, los motoristas que tengan este tipo de retrovisores en sus motos evitarán tener que girar el cuello en adelantamientos o cambios de carril.
Catalá llegó ha hablar con la Guardia Civil que le comentó que "casi todos los motoristas, después de sufrir un siniestro, dicen lo mismo: ‘no lo he visto’". Esto es por culpa, en gran parte, del ángulo muerto que tiene el motorista encima de la moto.
Aunque los retrovisores aun no están fabricados, Catalá está negociando con varios fabricantes. "Tengo contacto con algunas compañías, como el Grupo Alfa, y probablemente este verano ya estén en venta", comenta Catalá.