En un comunicado emitido hace unos días, la Abraciclo, la asociación de fabricantes de motocicletas de Brasil, informaba de una caída del 9,5% de la producción en el primer semestre del año, registrando el peor volumen en una década. 699.500 motos fueron fabricadas en la primera mitad del año, o menor número desde 2005.
Este mismo informe recoge una caída del 8% en las ventas al por mayor –la de las fábricas a los concesionarios- y un descenso de las exportaciones de un 59,8% en el mismo periodo. Las entregas en el mercado doméstico fueron de 659.100 unidades mientras que las exportaciones, por causa de la crisis que se vive en Argentina, se quedaron en 18.200 motocicletas. Desde 2006 la industria brasileña de la moto no registraba una nivel de ventas tan bajo.
La escasez en el crédito y la falta de confianza de los compradores en asumir deudas a largo plazo, agravada por la tardanza por parte del gobierno en promulgar medidas de ajuste fiscal, están según Abraciclo detrás de estas preocupantes cifras. Sólo en el pasado mes de junio, el sector vendió 12.000 motos menos de los esperado.
Ante la caída de la demanda interna, las fábricas –llamadas allí montadoras- han reducido la cadencia de su producción y el despido de trabajadores ha comenzado. El sector da trabajo en estos momentos a 16.600 personas, después de haber despedido ya a 3.800. La patronal asegura que de seguir la tendencia actual otros 3.000 puestos de trabajo deberán ser suprimidos.
En el análisis divulgado por Abraciclo quedó de manifiesto también que la crisis ha alcanzado sectores del mercado que hasta ahora se habían resistido a la recesión, como el segmento de alta cilindrada donde las ventas han caído un 4,9%. Los scooters, que representan el 3% del mercado, en contrapartida continúan siendo la excepción al mostrar un crecimiento del 15,8% en el primer semestre.