Una nueva encuesta de Motorcycle Action Group ha demostrado que la oposición a los vehículos eléctricos en el Reino Unido y la eliminación de los de gasolina sigue siendo fuerte en el mercado de las motocicletas, lo que será una lectura aleccionadora para la industria.
Aunque los planes actuales no incluyen las motocicletas que emiten menos dióxido de carbono, se presume que la prohibición acabará cubriendo todos los medios de transporte. De las 4.805 respuestas, 1.575 eran de miembros de MAG, pero las otras 3.230 eran presuntamente entusiastas de las motos.
Se preguntó a los participantes si estarían dispuestos a aceptar una prohibición total de las motos de gasolina en el futuro. Sólo el 8% dijo que sí, y el 36% prefirió que se retrasara la decisión. Sin embargo, el 55% se mostró "totalmente contrario" a la idea de un futuro sin motocicletas de gasolina, mientras que un enorme 83% quería que los grupos se unieran para oponerse a la prohibición de la gasolina.
El dato más interesante de la encuesta es que el 31% de los motoristas estaría dispuesto a colgar el casco si sus opciones se limitaran a los modelos eléctricos. Sólo el 13% haría el cambio antes de que fuera necesario, mientras que el 56% intentaría mantener su moto de gasolina todo el tiempo que la ley lo permitiera.
Aunque es de suponer que estas estadísticas se flexibilizarán a medida que pase el tiempo y mejoren las principales áreas de preocupación -el precio de los modelos y la irregularidad de las infraestructuras- en consonancia con las ambiciones de una industria automovilística mucho mejor preparada para el cambio que la de las motocicletas. Por ahora, las motocicletas han estado un poco olvidadas en la cruzada de los gobiernos para prohibir la gasolina, pero no será así para siempre.
Y las empresas de motocicletas lo han aprovechado al máximo, ya que la mayoría se niega a divulgar sus planes, lo que se traduce en que están viendo quién dará el primer paso, ya que se necesitará un gran cambio en la percepción del mercado para justificar el gasto de desarrollar un nuevo modelo para soltarlo a un público poco dispuesto.
Aunque estas cifras cambiarán, no cabe duda de que el sector estará bastante alarmado ante la perspectiva de que un tercio del mercado esté dispuesto a dejar las dos ruedas por completo antes de pasarse a los motores eléctricos.