Dunlop Trailsmart: Para lo que tú quieras

El mercado de las trail es de los pocos den­tro del sector de las motocicletas –dejan­do a los scooter aparte– que ha crecido de manera constante desde su nacimiento, in­cluso en las épocas más duras de la crisis, pero lo que ha ido aumentando espectacularmente ha sido la potencia, un 450 % desde aquella XT 500 de 1975, la primera trail.

Actualmente la mayoría de las trail de peso medio y las grandes maxitrail están enfocadas a un uso básicamente asfáltico, aunque nunca se pierde la posibilidad de aventurarse fuera de las carreteras, ni que sea sobre buenas pistas.

Sin embargo, a nadie le pasa por alto que muchas de estas grandes y potentes viajeras, que ya usan la electrónica de última generación, van a ser destinadas principalmente a los viajes sobre asfalto, aunque, eso sí, sobre cualquier tipo de asfalto. Con este fin se han creado los nuevos Dunlop Trailsmart, que sustituyen a los anteriores TR91, unos neumáticos que en su momento las críticas especializadas considera­ron como el mejor de su categoría en cuanto a agarre en seco y en mojado, pero que podrían mejorarse en lo que concierne a estabilidad y durabilidad. Para otros usos más aventureros, Dunlop dispone del Trailmax, e incluso del D550.

Para lograr esto se ha trabajado mucho en el diseño, con un nuevo dibujo de surcos más cor­tos y de corte simétrico (antes el perfil del corte era asimétrico). El neumático es radial, con el sistema de construcción de hilo continuo JLB y el diseño XGT (Cross Groove Thread, ‘apoyo con surcos cruzados’). El perfil también se ha optimizado para que haya una mayor superficie de contacto en la pisada y así obtener mayor estabilidad. En cuanto a la duración, el nuevo diseño también ayuda a que el kilometraje sea mayor, pero además se ha aumentado la propor­ción de sílice en la composición, lo que siempre es sinónimo de durabilidad.

El recorrido que nos preparó la gente de Dunlop era largo y muy, muy variado. Tras unos pocos ki­lómetros en autovía, pronto nos metimos por rato­neras y estrechas carreteras, muy deslizantes, en algún caso incluso rotas y bacheadas. A pesar de que el ritmo que llevábamos no era precisamen­te tranquilo, la sensación de agarre era siempre muy elevado. Además, me gustó especialmente cómo los Trailsmart transmiten muy bien lo que pasa entre el asfalto y las ruedas, y siempre avi­san. Incluso en la larga y polvorienta pista forestal que recorrimos posteriormente –con las presiones de carretera– se podía circular a un respetable ritmo y siempre avisan en el momento de deslizar.

Si sabes lo que llevas entre manos, nunca tienes un susto al respecto (por cierto, ¡qué polvareda! Quedamos totalmente marrones…). La tracción sobre tierra es mejor de lo esperado, incluso con las elevadas presiones de asfalto. En cuanto a las inclinaciones, si son progresivas, los Dunlop avi­san bien, pero si forzamos demasiado, lo más pro­bable es que acabemos en el suelo, aunque segu­ramente no es ésta la conducción que llevaremos con este tipo de moto en pistas forestales…

Por la rápida y bien asfaltada carretera de Coín a Ronda mantuvimos un elevadísimo ritmo que no habríamos superado con unos neumáticos 100 % asfálticos. En curvas de máxima inclinación a alta velocidad, la estabilidad y el agarre eran simplemente perfectos y llegábamos a rozar las estriberas sin que la moto se moviese un pelo. Igualmente, la estabilidad en frenadas fuertes, que las hubo y abundantes, siempre fue buena, y la moto nunca se descompuso.

Desde luego en los algo más de 200 km del recorrido no pudimos observar si se ha mejora­do mucho o no el aspecto de la duración, pero si realmente es así, estamos ante un magnífico neumático de trail.

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